Sigue haciendo calor en Estocolmo. Por la mañana visité Skansen, una especie de museo al aire libre en la isla de Djugarden y en el que se puede contemplar un pueblo sueco hace muchos años y animales escandinavos como osos, lobos, alces, bisontes, focas, etc. Vamos, las delicias de los muchos niños que rondaban por allí. Después me fui al centro donde miles de personas bucean en las rebajas suecas.
Entrada la tarde cogimos el metro para llegar al barrio de Kista donde está la sala de raquectball en la que iban a jugar a pelota Christian Bergman y demás fanáticos de nuestro deporte en Estocolmo. Las diez canchas de badminton que atravesamos están llenas de practicantes. Nos juntamos dos chavales mexicanos, Vicente y Yeshua, un pamplonés, Victor, que vive desde niño en Estocolmo, su madre es sueca, y quiere mantener las raices de la infancia dándele a una pelota contra la pared, Christian y yo.
Calentamos un poco y jugamos un partidillo. Compruebo que Vicente le pega muchas de revés con la mano, como el Momo Medina cuando jugaba con Asegarce. Vicente es tatuador y hace diez años practicó el handball, en la actualidad se junta con los miembros del Stckholm Pelota Vasca para jugar.
Yo me retiró a investigar por ahí y ellos siguen jugando. Realizan un desafío Suecia vs México que alcanza el 21 iguales, una pelota al techo de Victor hace que los pelotaris de DF logren la victoria.
Mientras recogemos Victor, que es actor de teatro, aunque también ha trabajado en el cine y TV, "siempre hago de malo", me cuenta que en la isla de Gotland se juega a Perk, una especie de pelota de juego directo de siete contra siete, él va a ver un campeonato y nos ha prometido algún documento gráfico.
Regresamos en el metro, nos comemos una ensalada y un bocata de jamóm ibérico y Christian me habla del papel de Suecia duarante la Guerra Fría. Hoy salgo para Uppsala, la ciudad universitaria más antigua de Escandinavia.