Goñi III en el pantano de Eugi, Navarra. Foto Diario Vasco
Como es habitual en los días anteriores a las finales los medios pelotazales realizan un tipo de reportajes más personales con los pelotaris protagonistas. Hoy el Diario Vasco y el Diario de Noticias nos presentan otros aspectos de los zagueros de la final.
Un zaguero reconvertido en hostelero (Enrique Echevarren, Diario Vasco)
El zaguero de Zubiri se arrepiente de no haber estudiado «más que hasta BUP», pero no por ello ha dejado de formarse, además de jugar a pelota. En otoño y en invierno suele hacer cursos de gestión hotelera y marketing on line. Incluso tiene su propia página en internet www.quintoreal.com Quiere estar al día, quiere tener información. Quiere ser competitivo, como en la cancha. «Internet es una herramienta básica de trabajo hoy en día. Suelo entrar bastante. Me gusta realizar estadísticas para saber de dónde viene la gente a visitarnos. En este negocio tienes que hacerlo todo tú, en un hotel pequeño tú debes buscar al cliente, no esperar a que recale en tu establecimiento». Su próximo objetivo es recalificar la propiedad como hotel rural para obtener una subvención y realizar diversas mejoras.
Un zaguero de cemento armado (Diario de Noticias)
Usurbil, donde jugaba su hermano, se convirtió en su primera parada como pelotari, aunque el corazón siempre lo tuvo en Añorga. El club de su vida. De la de su padre, con el que ahora colabora para preparar a los manistas del futuro. Nada se interpuso en su camino. Ni el fútbol ni los problemas de manos, ésos que le apartaron de la pelota durante un buen tiempo cuando todavía era un chaval de 14 años. Probó con el balompié, pero regresó a lo suyo como delantero. Su escasa estatura y su constitución le obligaron a pelear en los cuadros alegres. Era puro nervio y nadie confiaba en sus posibilidades como zaguero. Pero él se empeñó hasta alcanzar la meta del profesionalismo.