Reflexiones tras la última jornada del Parejas

Ya tenemos las cuatro parejas para semifinales, según el orden de clasificación son: Berasaluze VIII-Begino, Irujo-Goñi III, Olaizola II-Mendizabal II y Bengoetxea VI-Beloki en breve sabremos los cruces de la primera jornada de la liguilla de semifinales que arranca el próximo fin de semana previsiblemente en Pamplona y San Sebastián.
La mayoría pelotazale ha acogido con gran satisfacción la competitividad y buen juego de los pelotaris en la fase de cuartos. La gente ha acudido a los frontones para ver algo en juego "sangre" le llama Beloki. Lo que ya no entiende la peña es el galimatias de la última jornada y el mal trago por el que han tenido que pasar los cuatro pelotaris ayer en Tolosa.
Para mí todo parte de un error que alimenta la LEP.M con su diseño de campeonato: Prepara una liguilla de cuartos de final en la que no hay enfrentamientos entre parejas de la misma empresa para evitar suspicacias de posibles "órdenes de equipo", en términos de carreras de coches. A partir de ahí se puede pensar cualquier cosa. Las empresas organizan un campeonato profesional pero lo sienten, y lo exteriorizan, como un Interpueblos o un torneo de clubes.

Otros análisis:
Evitar que se repita (Joseba Lezeta, Diario Vasco)

Hay que evitar a toda costa que se repita lo de Tolosa. No puede suceder que a una pareja o a las dos, y lo mismo a sus empresas, les interese perder un partido. Aunque luego se comporten con una profesionalidad digna de elogio. Yo recomendaría a algunos que, en lugar de preocuparse tanto de lo que reflejan los medios, se esmeren en dar un cien por cien de credibilidad a sus competiciones, que eviten suspicacias. Y creo en su buena intención. Los responsables tienen un año por delante para encontrar soluciones. Con Borja Osés a la cabeza. Se lo deben al pelotazale.

Absurdo (César Ortuzar, Deia)

La eterna lucha empresarial entre Aspe y Asegarce en lo deportivo, que no en lo económico, castiga la creación de un torneo más ajustado al espíritu deportivo, el eje de cualquier competición. Quedarían así desterradas definitivamente las polémicas, las dudas, las suspicacias y ese tipo de cosas que se cuelan una vez sí y otra también en las decisiones de la Liga de Empresas. Una lástima.