En 1920 el equipo de beisbol los Gigantes de Nueva York fue invitado a una gira por La Habana. Al conjunto norteamericano se le unió "Babe" Ruth, el mejor pelotero de la época, que militaba en los New York Yankees y que cobró 2.000 dolares, de entonces, por partido, además de todos los gastos para tres personas. Ruth era un auténtico as con el bate y el público cubano llenó los estadios para verle conseguir home runs, sin embargo el orondo beisbolista rindió por debajo de su nivel en los diez partidos que disputó. Dicen en La Habana que la causa fue sus visitas al Hipódromo Oriental Park y al Viejo Caserón frontón Jai Alai del que era asiduo. Cuentan las crónicas que Babe Ruth jugó varios partidillos de cesta punta algunas mañanas contra pelotaris cubanos y recogían declaraciones del Bambino: "si ustedes supieran, estoy pensando que me da más gusto este juego que el béisbol”. Pero un día en el que estaba jugando de maravilla, imprimiendo una gran velocidad a la pelota, itentó devolver de revés por lo que forzó su postura produciéndose un fuerte dolor en la espalda. Le vendaron y decidió, con mucho dolor de su corazón, no volver a jugar más a pelota vasca.
Fuente: Habana Radio