Lleva dos días saliendo en los papeles. Julián Iparraguirre moldeó en sus inicios a los dos pelotaris leitzarras de la final manomanista. Barriola y Bengoetxea VI pasaron por sus manos en la Escuela de Pelota de Leitza y les imprimió esa sabiduría que atesora en cuestiones pelotazales. Actualmente es comentarista en Euskadi Irratia , un fijo en los frontones. Hoy le entrevista Luis Guinea en Diario de Navarra.
¿Por qué Oinatz se ha destapado en este campeonato?
Yo creo que hay dos cosas. Una, que Oinatz ha madurado físicamente y como pelotari. Y luego el campeonato le ha pillado en un buen momento de juego. Es verdad que Aimar no estuvo al nivel que suele jugar habitualmente, a Asier yo creo que le ganó bien en un partido duro.
Y mientras Abel que alcanza su octava final.
Sí. A Abel no se le puede pedir más, y si están los dos ya…
¿Cómo eran Abel y Oinatz cuando llegaron a la escuela de pelota de Leitza?
Abel ha ido al frontón desde que era chiquito. Por su padre siempre ha tenido mucha afición a la pelota. A la hora de entrenar siempre ha sido muy exigente consigo mismo. Si un día entrenando las cosas no le salían como quería, lo dejaba y se iba para casa. Al día siguiente cambiaba los tacos y empezaba a entrenar otra vez. Barriola ha sido siempre meticuloso y exigente en la preparación.
¿Y Oinatz?
Oinatz vive al lado de la plaza y siempre estaba en el frontón, desde que era un chavalico. Solíamos hacer dos entrenamientos a la semana, martes y jueves. Y había días que teníamos que sacarle de allí porque no paraba de jugar a pelota después del partido.
Foto: Diario de Navarra