Reportaje de Juan Luis Ibarretxe
Trece días en Estados Unidos dan para mucho. Si no, que se lo pregunten a Ricardo Alberdi, que recién aterrizado de América ha detallado para Euskobasque.com sus sensaciones en el nuevo continente y ha explicado cómo fueron sus últimos pelotazos como puntista profesional.
La primera etapa del viaje llegó en Orlando (Florida), a donde la expedición de Eusko Basque arribó el pasado 16 de enero y permaneció hasta el domingo. “El miércoles y el jueves estuvimos ensayando, pero el viernes no pude, porque andaba con molestias debido al viaje y tuve que recibir masaje para poder jugar el sábado en la matinée y por la noche. La verdad que se nos hizo un poco duro, ya que Félix y yo llevábamos seis años sin competir en una doble función”, apunta el vizcaíno. En Orlando llegaron los primeros momentos emocionantes para el de Etxebarria, puesto que “nos hicieron un homenaje, nos dieron unas placas y todo fue muy bonito, además tuve la oportunidad de reencontrarme con Enbil, que había permanecido en Euskadi hasta el verano, y con otros pelotaris que llevaba tiempo sin ver”.
NFL y NBA
El domingo día 21, el Príncipe se desplazó hasta Tampa y una de las primeras cosas que hicieron los miembros de Eusko Basque fue plantarse delante de la televisión para seguir otro de sus deportes favoritos: El fútbol americano. “Vimos las finales de conferencia, nuestra idea era ver in situ la Superbowl, pero como se juega el 4 de febrero, íbamos a tener que alargar mucho el viaje y decidimos que era mejor regresar a Euskadi”, señala Alberdi, quien se reconoce seguidor de los Miami Dolphins, “aunque creo que este año, la Superbowl la va a ganar Indiana, que juega contra Chicago”. En su época en Estados Unidos, Ricardo también seguía fervientemente la NBA y no oculta su pasión por los Miami Heat, pese a que al inicio “yo era seguidor de los Boston Celtics, luego me fui a vivir a Florida y ya me hice hincha de Miami, pero no por Shaquille ni nada, de hecho, cuando yo empecé a seguir a los Heat, él todavía estaba en Orlando”.
Tampa
Durante los siguientes días en Tampa, Aitor Totorika, presidente de Eusko Basque y ex pelotari de Tampa, enseñó la ciudad a sus compañeros, “aunque tuvimos la pena de que hizo mal tiempo. No obstante, estuvimos a gusto, en plan relajado y jugando mucho a cartas”, recuerda Alberdi. La tercera etapa de esta mini-gira americana le llevó a Dania, donde llegaron el jueves a la hora de comer y donde ensayaron con “Aitor Totorika, en total hizo tres ensayos con nosotros en Estados Unidos y la verdad es que el jefe aún está fuerte”, reconoce el de Etxebarria, quien al día siguiente, y junto al resto de expedicionarios de Eusko Basque, se reunió con Schneider, dueño del Dania Jai Alai. En este encuentro vieron de primera mano el proyecto del nuevo frontón. “Nos quedamos gratamente sorprendidos, porque al inicio parece que el futuro allí está oscuro, pero cuando nos expuso sus ideas vimos claramente que es la cancha que cuenta con mejores perspectivas”, indica Ricardo.
Ese mismo viernes por la noche, tanto el Príncipe como Félix tuvieron que hacer frente a un acto más propio de estrellas de cine que de pelotaris, y es que estuvieron firmando autógrafos en el propio Dania Jai Alai, donde los organizadores “habían sacado postales con la cara de Félix y la mía y con un hueco en blanco para que firmásemos, estuvimos 45 minutos y fue algo muy emocionante, porque se acercaron muchos seguidores e incluso vinieron personas que decían que me habían visto debutar en Bridgeport y seguidores de la etapa de Félix en West Palm Beach”.
Hard Rock Café
Tras las dos exitosas funciones de quinielas del viernes y el sábado, los dos pelotaris tuvieron la
oportunidad de visitar el Hard Rock Café de Seminole, “una especie de pueblo gestionado por los indios de allí, donde hay además hoteles, restaurantes, casinos, de todo, es algo impresionante. Cuando fuimos había un gentío y una marcha de la leche”, recuerda el pelotari. Estos fueron unos de sus últimos coletazos en América, puesto que el lunes tuvieron que viajar a Miami, donde presenciaron parte de la matinée en el Jai Alai antes de iniciar el viaje de regreso a casa, que lo afrontaron “con un poco de pena, pero la verdad que también con ganas de regresar a casa, porque aquí tenemos a nuestros hijos y al final, después de jugar, los días ya se hacen largos”.