El delantero navarro lleva ya un mes como profesional, pero admite que “aún ando un poco perdido”
Aritz Altadill, pese a llevar menos de un mes en el campo profesional, ya ha disputado cinco partidos en el Deportivo y empieza a sentirse uno más en el cuadro. El navarro, uno de los preparadores físicos de Irujo, desgrana para www.emanbilbo.com sus vivencias de este mes entre las estrellas de “leño”.
¿Qué tal se está sintiendo en esta nueva experiencia en el Deportivo?
Todavía un poco incómodo, porque no conozco a los compañeros ni a los rivales y aún ando un poco perdido. Cuando juego los primeros partidos de los festivales ando algo más cómodo, pero si me meten con los Primeras, éstos ya le dan más velocidad a la pelota y siento bastante impotencia.
Cuando llegó a Bilbao ya era consciente de que el cambio iba a ser importante.
Sí, sabíamos que iba a ser un salto grande y la idea es la de poco a poco ir aprendiendo cosas nuevas.
¿Cómo recuerda el día de su debut en Bilbao?
Fue un día especial, pero como andaba con el hombro mal y estaba más pendiente de ello que de otra cosa, anduve bastante tranquilo. Fue algo raro, pero disfruté y desde luego que es un día bonito para recordar.
¿Qué balance hace de los otros dos pelotaris que han debutado a la vez que usted?
Velilla está disputando bastantes encuentros y se ve que ya está asentándose, le falta un poco de golpe, pero ya anda como en el campo aficionado, es un pesado al que no hay manera de meterle el tanto y que posee un buen saque. Eslava, por su parte, es un zaguero que tiene poder de sobra y el lunes ya se vio que realizó todo un partidazo.
A Eslava ya le conocía desde hace tiempo.
Sí, estudiamos IVEF en Vitoria, luego estuvimos en un centro de medicina deportiva e investigación en Navarra y ahora estamos en una empresa de gestión deportiva, llevando la preparación física de varios deportistas y organizando actividades para los clubes.
Quizás a usted le falte lo que le sobra a Jesús, un poco más de golpe.
No creo que se trate de golpe, lo que debo hacer es colocarme bien a la pelota, porque cuando me pongo bien y le doy, ya le engancho bien.
Usted compitió muchos años en aficionados, ¿veía que ya era hora de pasar a profesionales?
En Navarra no se oye mucho hablar del profesionalismo, además, como siempre decían que se iba a cerrar el frontón, no pensábamos mucho en debutar, pero cuando se nos ha presentado el momento nos ha hecho una ilusión bestial. Además, ha llegado en el momento justo por los problemas que habíamos sufrido antes del Mundial de México y la desilusión que ello nos acarreó.
Tuvieron algún problema con la Federación de España.
Manteníamos una diferencia de criterios acerca de la forma de seleccionar a los pelotaris y como en nuestro club había gente afectada, hicimos piña y decidimos retirarnos del Open de España. Entonces nos dijeron que si no lo disputábamos, no nos llevarían al Mundial. Ellos comentaron que nosotros renunciamos al Mundial, pero no fue así, simplemente, a modo de protesta, decidimos no jugar el Open.
Estos días le habrán llamado más por ser el preparador físico de Irujo que por ser palista profesional.
Los días previos a la final sí que algún aficionado se me acercaba y los periodistas también me llamaban más para hablar de Irujo que para hablar de mí, pero no me importa, de hecho, ahora que no ando bien, prefiero que me llamen para hablar de Irujo y no para hablar de mí, je, je.