En casa del ciclón alavés (Jose Mari Palacios, Ogueta) el tsunami de Ibero (Irujo) se llevó la txapela de la triple corona (campeón el mismo año en el Manomanista, Parejas y Cuatro y Medio). Ayer fue un día de intensa emoción. No se puede pedir más a una final: empate a 21 (como en la famosa de Retegui II y Titín III). Y ahí, una pelota se le arrima a Barriola a pared izquierda que el de Leitza no puede llevar a buena, Irujo, campeón. La locura en la Cendea de Olza y la decepción en Leitzaran.
Una de las claves de la victoria de Martínez de Irujo, al margen del cara y cruz del 21 iguales y la volea de derecha que falló Abel desde el cuadro uno en el 20-21, fue los tantos a "balón parado" que encajó Barriola: 8 saques, una pasa y una falta (esa fue clave porque el zaguero vencía 7-14 y el de Ibero estaba tocado).
Del partido de ayer me quedó con par de noticias buenas: Irujo es un crack y vamos a tener la suerte de disfrutarlo como contemporáneos, y Abel Barriola vuelve a situarse en lo alto del escalafón pelotazale.
PD: Se armó cierto revuelo por saber quién era el de la foto de la camista con la que subió Irujo al podium: un amigo fallecido en septiembre y al que Juan dedicó la txapela.
Esto hemos destacado de la prensa de hoy
Triple corona de infarto (Guinea/Zuza, Diario de Navarra)
El viento comenzó a soplar a favor de Irujo poco después. Barriola, un fallo hasta ese momento del partido, había construido a base de trabajo y paciencia un colchón de siete tantos, doblaba a su rival en el maracor. Y entonces llegó el primer golpe de timón del partido. El leitzarra se quedó corto en un saque, un fallo que se paga caro en una final, y más ante un tipo como Irujo.
Barriola la tiene, pero Irujo la gana (Javier Leoné, Diario de Noticias)
Después de verlo todo tan negro, apareció el mejor Irujo. Dos preciosas paradas al txoko, una defensa imposible a un buen dos paredes de Barriola y un saque al ancho le impulsaron hacia la triple corona (19-15). Ahora era Irujo quien tenía la sartén por el mango. Pero el leitzarra, apelando a su excelente disparo inicial (tres tantos de saque), se fabricó una ventaja que le colocaba a un sólo tanto de volver a ser campeón (20-21). Y ahí tuvo la victoria. Movió a Irujo y, cuando sólo le faltaba conectar una volea para recuperar el cetro de la jaula, envió el cuero abajo. Después, una pelota envenenada se pegó tanto a la pared izquierda que acabó con su sueño e hizo realidad el del nuevo campeón de todo: Juan Martínez de Irujo.
La velocidad pudo con los pilotos (Joseba Lezeta, Diario Vasco)
Jugaron a pelotazo limpio. Saltaron a la cancha dos bólidos de Fórmula Uno, dos pelotaris con derechas violentas, con un saque demoledor. Los motores, de altísima cilindrada, funcionaron. Fallaron, sin embargo, los pilotos, que no demostraron su destreza habitual al volante. En un circuito revirado, se salieron con frecuencia en las curvas e incluso perdieron el control del vehículo en las largas rectas sin aparente motivo. La velocidad pudo esta vez con los piloto.
Martínez de Irujo, el grande (Tino Rey, El Correo)
Poco le hace falta a la fiera para que le despierten sus instintos asesinos. Todo el mundo sabe que a la estrella de la promotora de los Vidarte no se le pueden conceder este tipo de regalos. Pertenece a esa especie de depredadores que no dejan pasar la oportunidad cuando llega la hora de la verdad. Y no la dejó pasar.
Una volea de leyenda (César Ortuzar, Deia)
Martínez de Irujo, mientras tanto, trata de encontrar el norte, de ver su derrota a cámara rápida. Pide un deseo: «En esos momentos sólo pensaba en que la pelota se fuera bajo chapa». Ocurre que el cuero triturado por Barriola describe un ángulo tan vertical que se estrella bajo chapa. El de Leitza, que sentía la lana de la txapela, se rompe. Mil pedazos para un sueño. Inmediatamente una pregunta flota entre la densa humareda del Ogueta, un cenicero gigante. ¿Cómo ha ocurrido? Empate. Martínez de Irujo gana. La leyenda de la volea increíble.
Cuerda para rato (Eduardo Gómez, La Rioja)
Fenomenal el ambiente que registró en la tarde de ayer el Ogueta vitoriano. Cierto que el llenazo se suele repetir en esta clase de finales. También que el fervor de los seguidores se ha registrado en otras finales, como aquella de Retegui II contra Titín, que al igual que el de ayer terminó con un 22-21.
Pero así como aquella quedó para la historia de la pelota como una lección magistral, en esta última edición sólo quedó para los balances el nombre del ganador, en este caso a Juan Martínez de Irujo, pero no precisamente por el juego realizado.
Martínez de Irujo, el pelotari total (Gara)
Juan Martínez de Irujo se proclamó campeón del Cuatro y Medio tras superar a Abel Barriola en una preciosa final que tuvo absolutamente de todo: igualdad, emoción y buen juego. De este modo, el delantero de Ibero se confirma como el pelotari «total», al firmar un triplete de ensueño Parejas, Manomanista y Cuatro y Medio y demostrar que no hay modalidad que se le resista.
Irujo, por foto finish (Karmelo Anabitarte, El Mundo Deportivo)
Los aficionados que abarrotaron las gradas del frontón gasteiztarra disfrutaron con un partido cargado de épica, de emoción, de ritmo, de saques y de regalos. Barriola acarició su segunda txapela en la distancia con la yema de los dedos, pero le faltó instinto asesino para rematar a un rival que llegó a estar grogui sobre la cancha en la primera parte (7-14), pero que resucitó gracias a la inyección de moral que supuso la posterior falta de saque de Barriola.
Grande Irujo!!! no solo es un crack como dices tú, si no que me permitió ganar unas pelillas lo cual no me va nada mal. Este es un deporte muy interesante para apostar también.
saludos