Barriola, sufrir y ganar

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La final, inédita, del Cuatro y Medio la protagonizarán Juan Martínez de Irujo y Abel Barriola el próximo 10 de diciembre (si no hay aplazamiento, y a día de hoy parece que los pelotaris están en disposición de jugarla, aunque le vimos a Barriola hacer un mal gesto en su tobillo izquierdo) presumiblemente en el Ogueta de Vitoria-Gasteiz. Este enfrentamiento ya tiene dos cosas claras: el campeón de la "jaula" será navarro y de Aspe. La última que hubo dos pelotaris de la misma empresa fue en la final Titín III-Nagore, en la que el de Irurtzun quedó campeón.
Ayer los que vemos el deporte desde la perspectiva de la superación de los momentos difíciles, sin estridencias y con dosis reales de espectacularidad nos alegramos de que Abel Barriola llegue a la final. Han sido dos años de sufrimentos con su maltrecha mano derecha que le hizo pasar por el quirófano y han sido unos segundo de inmensa alegría, los justo, porque Abel ya está pensando en cómo ganar a Irujo.
Este renacer del pelotari de Leitza es lo que más destacan los periodistas que analizan la importante victoria de Barriola sobre Olaizola II (22-20), el actual campeón del Cuatro y Medio.

Dos años y un calvario después (Javier Leoné, Diario de Noticias)

Barriola lo tenía casi todo en contra ayer. Mejor dicho: todo, menos su fe y la de su gente. El leitzarra había perdido con Olaizola II en sus cinco enfrentamientos dentro de la jaula y lo había hecho empeorando progresivamente sus registros, a lo que había que unir que el goizuetarra se plantaba como claro favorito por su condición de triple campeón del torneo y defensor del título. Pero no le bastó a Aimar con esto y, en el mejor partido del campeonato (con permiso del Irujo-Olaizola II en el Ogueta de hace una semana), Barriola se cargó el pronóstico, la estadística y el mal fario que le ha perseguido durante los dos últimos años.

Abel salda cuentas con su destino (Luis Guinea, Diario de Navarra)

Por eso Barriola se empeñó en tomar la batuta del partido desde el primer pelotazo. Lo hizo con un material pesado, gordo, difícil de mover cuando botaba en el cuatro, y con la idea de alejar a Olaizola cuantos más metros del frontis, mejor. El leitzarra construyó su victoria lanzándose al saque con una violencia brutal y manteniendo casi la misma velocidad terrorífica al pelotazo siguiente, y al siguiente, y al otro… con una fe inquebrantable en ese estilo de juego.

Una señora derecha derriba a Aimar (Joseba Lezeta, Diario Vasco)

La diferencia estuvo en la derecha. La pelota salió como un cohete de esa mano de Barriola, mientras que la de Olaizola II careció de toque. Sabemos de las virtudes técnicas de Aimar, de su oficio. Pero con tan poca derecha es casi imposible hacer frente a semejante velocidad de pelotazo. Aún así, llegó a veinte y tuvo el acceso a la final en su mano con el veinte iguales. Le condenaron dos errores, un fallo de derecha cuando debió colocarse de zurda (21-20) y un gancho a la contracancha que puso fin al choque (22-20).

El alumbramiento (César Ortuzar, Deia)

Las lágrimas recorrieron los corazones de la gente Aspe a la conclusión del partido, cuándo el último gancho de Aimar acabó varado en la contracancha. La agitación atrapó a todos en la familia eibarresa, que cuidaron con mimo a Abel cuando éste transitaba por la ciénaga a la que le había llevado la lesión de su mano derecha: dos años fuera de foco. Con la cabeza haciendo preguntas, «¿por qué a mí?; ¿hasta cuándo?; ¿volveré a ser el que era?» Así hasta ayer, día de parto. Día de alegría.

El factor sorpresa (Eduardo Gómez, La Rioja)

Si bien es cierto que el de Leiza logró un triunfo con toda justicia, tampoco hubiera extrañado que el de Goizueta se lo hubiera apuntado tras empatar a 18, yendo siempre a remolque. Pero no supo remachar. Le faltó arrojo, no apareció su reconocido espíritu de ganador como lo hizo en Vitoria cuando se enfrentó a Titín.

Barriola, como el Ave Fénix (Karmelo Anabitarte, El Mundo Deportivo)

Los pronósticos saltaron por los aires en el Beotibar, donde el dinero salió teñido del gerriko azul de Aimar Olaizola (40 a 100, por abajo). Las estadísticas invitaban a pensar en un triunfo del goizuetarra, que siempre se había impuesto al leitzarra en la ‘jaula’ y domina como nadie los entresijos de la distancia, pero las cosas fueron bien diferentes a la hora de la verdad. Fue Barriola el que pareció el campeón porque le dio candela a la pelota con la derecha y dio la campanada ante un rival que nunca se sintió cómodo sobre la cancha y que estuvo lejos de marcar las diferencias que reflejaban el dinero antes de que la pelota se pusiese en juego.

«El saque y mi mayor velocidad han sido la clave para llegar a 22» Barriola (Tino Rey, El Correo)

Abel Barriola era un hombre feliz tras el rotundo éxito sobre el pelotari considerado por los ‘técnicos’ el mejor especialista en la ‘jaula’ de los últimos años. Esta tesis la desmoronó «con el saque y la mayor velocidad que he imprimido a mi juego. Han sido la clave para llegar a 22», señaló exultante el zaguero que milita en el cuadro de pelotaris de la empresa eibarresa. «Estoy muy contento de haberle ganado por vez primera a Olaizola II, uno de los rivales, junto a Martínez de Irujo, más complicados que te puedes encontrar en está distancia», afirmó. «Pero desde que se ha puesto la pelota en juego he creído en mis posibilidades».

Abel Barriola finalean da katedraren usteak erabat ustel bilakatuta (Gara)

Abel Barriolak jokatuko du Lau eta Erdiko final nagusia datorren abenduaren 10ean Juan Martinez de Irujoren aurka. Leitzakoak 22 eta 20 menderatu zuen Aimar Olaizola finalerdietako azken partida erabakigarrian eta 2001eko txapeldunak final bat jokatuko du bi urteren ostean. Labriteko kolpearen ostean, Barriolaren garaipenak apostularien astebururik beltzena biribildu du.

Foto: Diario de Noticias



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