La fiesta homenaje en el Estadio entretiene la mañana del domingo al público reunido en el trinquete para ver desenvolverse al mayor de los Olaizola.
Asier Olaizola tardó en hacerse al escenario pero luego gozó de pelota para hacer las delicias de los aficionados reunidos en el trinquete del Estadio en una mañana calurosa que el club aprovechó para homenajear a Mikel de Bernedo, ex presidente del club Zidorra, pelotari y padre de pelotaris. Junto al veterano ex palista, los hijos, Igor y Aitor, todo un campeón de España en sus años mozos, compartieron casi tres horas de buena pelota en compañía de quienes han sido magníficos pelotaris en pared izquierda.
Olaizola y Zearra se impusieron a Agirre y Martínez de Eulate por 35 a 28. En un partido marcado a 30 tantos, los pelotaris alargaron la fiesta hasta el 35. Lo pasaron tan bien en cuanto se hicieron a la cancha y al material –tardaron en entrar en calor y hacerse a la jaula- que decidieron seguir unos minutos más para decidir la victoria y lanzarse a la ducha antes de la comida de grupo dispuesta por el club organizador.
Por delante, con más calor aún, cuando los cañones de aire lanzaban más fuego que frio, Legorburu y Casado se imponían a Monreal y Larrañaga por 30-26. Monreal y Casado, tantas veces pareja a lo largo de su carrera, se separaron un día para dar equilibrio a la exhibición. Monreal, ex mundialista y gran especialista del trinquete se juntó a su maestro, ex seleccionador estatal y también mundialista Jokin Larrañaga mientras que Casado se colocaba a la estela de Iker Legorburu uno de nuestros últimos profesionales de la pelota. Ganaron los segundos. Monreal y Legorburu se hicieron mil veces la “puñeta”, Casado jugó como siempre, sin fallos, y Larrañaga mostró un gran rebote y la ciencia que todavía le acompaña.
Un trabajador del estadio, amigo y siempre dispuesto, Miguel Angel Narvaez recibió así mismo el reconocimiento de la organización presidida por Alberto Arrizbalaga, del club de pelota Zidorra.