“ESPECTACULAR” INÉDITA FINAL DEL TORNEO INDIVIDUAL DE REMONTE PROFESIONAL DE NAVIDAD 2018, CON GRAN CAMPEÓN, URRIZA. EL FRONTÓN CORTO DE LA VALL D´HEBRÓN REIVINDICA AL REMONTE COMO UNA ALTERNATIVA REAL Y MUY ATRACTIVA PARA EL AFICIONADO A LA PELOTA
– Urriza, jugaba de colorado como actual campeón, se llevó una txapela carísima, después de sufrir muchísimo, y de finiquitar un partido, a última hora, que pudo haber caído de cualquiera de los dos lados.
– Gorka Urtasun se reivindicó como el gran especialista que es en la lucha individual en frontón corto. Después de un partido inmenso, con un despliegue físico espectacular, tuvo que hincar la rodilla ante el número uno.
– Festival en beneficio de AFANOC (Asociación de Niños enfermos de Cáncer de Cataluña), con un ambiente precioso en el frontón de la Vall d´Hebrón.
La final inédita, por la nueva sede que presentó un ambiente precioso en la gradas, y por ser la primera vez que dos especialistas de la talla de Urriza y Urtasun se enfrentaban en una final individual en frontón corto, fue espectacular. El cambio de escenario estuvo acompañado de un partido durísimo y de una grandísima calidad. Aunque sea mucho decir, tal vez haya sido la mejor final de las catorce ediciones celebradas hasta ahora del torneo.
Por un lado la trayectoria de Urtasun en la lucha individual en frontón corto, concretamente en este Torneo, y por otro los galones de Urriza como número uno de la especialidad, hacían que lo que estaba en juego en la cancha fuera mucho más que la txapela de esta edición. Se jugaban saber quién era el mejor especialista individual actual en frontón corto, y todo eso se notó desde el comienzo del partido. Un partido durísimo y súper exigente desde el punto de vista físico. Hubo tantos y momentos del partido donde se palpaba el sufrimiento y la tensión de ambos remontistas en la cancha, como en el que supuso el 10-13 para Urriza, después de un tanto larguísimo, con un ritmo endiablado, después de seis rebotes consecutivos de Urtasun cayó del lado del delantero de Iruña. El público vibraba en la grada, disfrutando de un partido lleno de emoción y de una calidad táctica y técnica que normalmente no suele ser fácil ver en una final donde se juegan tanto los contrincantes.
El partido, tras un comienzo en el que Urriza se adelantó con pequeñas diferencias, que le llevó a tener un 5-2 a su favor, fue Urtasun el que cogió la iniciativa tras el primer empate a 7 tantos. A partir de ahí, el delantero de Irurita comenzó a marcar la primeras diferencias significativas, y después de un 7-9 y un 9-11, pasó a ser de 6 tantos en el 11-17. Era su momento, estaba dominando en el peloteo, tomando la iniciativa, y buscando le pelota adelante para darle velocidad y abrir huecos, como sólo él sabe hacer. Aunque no entraba dentro del guión inicial, Urriza jugaba dominado y a la defensiva, tal vez un poco más retrasado de lo que debiera y cediendo esa iniciativa tan importante en una cancha de 36 metros. Entre los aficionados que se habían acercado al frontón y que antes del comienzo expresaban, bastante claramente, el favoritismo por Urriza, comenzó a sobrevolar la posibilidad de que la txapela cambiase de cabeza. Pero claro, el que no conozca al campeón de Iruña puede equivocarse ante un despliegue como el de ayer de Urtasun. Urriza se puso el mono de tabajo y comenzó a pegar como un poseso a la menor ocasión. La pelota viajaba a mil por hora y el guión comenzó a cambiar. El ritmo era frenético y el desgaste físico iba a ser crucial para el desenlace final. Llegó la igualada a 17, otra más a 21 y a 22 tantos, tras la cual Urriza se puso por delante con un 24-22 y un 26-23. Parecía que empezaba a dominar el choque y que las cosas podrían acabar como se había pensado en un principio, con la txapela en su cabeza. Pero ese gen competitivo, que siempre se ha remarcado de Urtasun, volvió a aparecer, y el delantero de Irurita volvió a empatar el partido a 26. Este sí era el momento clave del choque, con claros síntomas de cansancio de ambos remontistas, y aun y así, no dando una pelota por perdida. Si algo se pudo ver en la cancha en ese momento fue la capacidad de sufrimiento de dos campeones jugándose el cetro de número uno. Arriesgando todo lo que podía volvió a ponerse por delante en el 26-27. El siguiente tanto pudo ser el que le hubiese puesto las cosas claramente a su favor, ya que después de dominar a Urriza y tenerlo pegado al rebote, arriesgando muchísimo, fue a buscar al aire al cuadro uno y medio una pelota entregada. La pelota iba muy poso tocada, cayendo después de tocar al frontis, y en lugar de matarla no pudo hacer otra cosa que ponerla encima de la chapa, y Urriza que ya corría a los cuadros delanteros, con solamente levantarla un poquito consiguió el tanto. Era el último empate del partido, a 27. Ese tanto dio alas a Urriza, que hizo los dos siguientes después de sendos buenos saques, y le pusieron el partido en la mano. Aun así Urtasun no se dio y subió su casillero hasta el 29-28, pero un gran pelotazo del delantero pamplonés finiquitó el partido y propició una grandísima ovación de un público entregado a la épica de una batalla que se va a recordar mucho tiempo. La entrega de trofeos y txapela la realizaron Narcis Serrats de AFANOC y David Muñoz, representante de la Federación Catalana de Pelota, colaboradora de la Fundación en la organización y promoción de esta final.
Por otro lado, éxito de la iniciativa de colaboración con AFANOC, con una muy bonita entrada a beneficio de dicha Asociación. Antes del comienzo de la final, en la misma cancha, Narcís Serrats (miembro de la Junta directiva de AFANOC) recibió de manos de Jaime Aguirre, director gerente de Fundación Remonte Euskal Jai Berri, el donativo de 1.000 euros que la Fundación comprometió con todas las Asociaciones de Niños con Cáncer de las ciudades que visitó con el Circuito Internacional 2018, y que en este caso fue con motivo de esta gran final.
Antes de la final, como detalle de la Fundación Remonte hacia la Casa de los Navarros de Barcelona, cuatro chavales de la escuela de pelota de dicha Asociación disputaron un partido de mano parejas, en el que demostraron las buenas maneras que atesoran.