Es una de las noticias que esperábamos como agua de mayo: La reaparición de Abel Barriola tras meses recuperándose de las dolencias de su mano. El Beotibar, al igual que en 1998 cuando debutó, le espera para el lunes para el aplauso.
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El próximo lunes día 13, en el frontón tolosarra, se volverá a vestir de blanco después de seis meses lejos de las canchas. “Será como un nuevo debut”, confiesa Barriola, quien siente el mismo hormigueo que le recorría el cuerpo cuando iba a dar su salto a profesionales: “Me imagino que saldré a la cancha algo nervioso, porque será un día especial”.
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¿Qué le pasaba a esa mano?
Barriola siempre ha tenido fama de manos blandas, en especial su derecha. Debajo de la piel, donde se encuentra toda la estructura de la mano (tendones, músculos, vasos, etc) se le formó una fibrosis fruto de tantos años jugando a pelota. «Es un tejido laxo, que lo que hacía era comprimir la arteria palmar interdigital y dificultaba la irrigación de los dedos, el llamado dedo blanco. Además la presión del taco que se coloca en la mano y el propio golpeo de la pelota le provocaban una isquemia progresiva, y un fuerte dolor en la mano», dice Urrutia.
Eliminar la fibrosis.
El pelotari acababa los partidos largos con un dolor muy fuerte en la mano, que curiosamente remitía con las horas. Después de varias pruebas se detectó el problema y se decidió intervenir el pasado 12 de agosto. Lo hizo el equipo del doctor Amillo, de la Clínica Universitaria. Primero se procedió a eliminar la fibrosis. Para eso se practicó un corte de dos centímetros en la palma. «Desde ahí se hizo un túnel para acceder a la fibrosis, que está junto a los dos dedos. Lo que se hizo fue limpiar bien la zona (tendones etc) y eliminar alguna pequeña calcificación», explica.
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¿Cree qué le dará miedo soltar la mano?
Al principio puede que sí. Pero creo que con el tiempo se me irá quitando. Este tipo de lesiones siempre te deja algún tipo de secuela sicológica, aunque sé que la mano la tengo bien. Pero el miedo está ahí.
¿Se ha comido mucho la cabeza mientras ha permanecido fuera de las canchas?
Sí. Te comes mucho la cabeza. Al principio sólo piensas en la lesión, pero poco a poco cuando te vas recuperando, piensas cada vez más en el regreso pero pasa el tiempo y ves que no llega el día de saltar a la cancha y eso te desmoraliza. Además tuve una recaída a mediados de noviembre y eso quieras o no te hace pensar más, tener dudas.
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El pelotari navarro está satisfecho de cómo ha ido la recuperación. «Llevo varios entrenamientos muy buenos, aunque el miedo psicológico está ahí. Porque además de las secuelas físicas, siempre te queda la secuela psicológica. Lo que necesito es empezar a jugar e ir olvidando la operación», dijo.