El Memorial Goñi ya conoce los nombres de todos los finalistas del próximo miércoles tras un festival desigual y de poca continuidad, en el que Exposito-Bikuña y Carregal se impusieron en dos partidos de más trabajo que brillo. Salaberria-Elizegi en elites parejas y Larrazabal en promesas dentro del cuatro y medio, serán sus rivales en unas, a priori, atractivas finales.
Con seis profesionales en las gradas, por el Beloki asomaron Irribarria, Alberdi, Erasun, Erostarbe, Garmendia y Urretabizkaia, Exposito-Bikuña se impusieron 15-22 a Ioritz Egiguren-Sarasa en un partido trabado. Exposito, que era de jugar con Uriondo pero que tuvo que suspender en el debut del torneo, comenzó con ganas de aprovechar la oportunidad que le dio la lesión de Zubizarreta y tuvo un arranque espectacular, con bonitos ganchos y los azules se adelantaron 2-7. Bikuña abría huecos y el de Astigarraga los aprovechaba para tomar ventaja, pero como en cuatros de final, Ioritz Egiguren se echó el peso de la pareja a la espalda y su potente saque le sirvió para dar la vuelta al marcador. Los rojos se adelantaron 11-10, con seis tantos de saque del tolosarra. El partido se embarró a partir del ecuador, con ventajas para uno y otro lado y algún remate bonito, pero con excesivos errores por ambos. Tras el 15-16, Ioritz Egiguren decidió que debía arriesgar, que sus opciones pasaban por arriesgar y pasar al ataque, pero cuatro errores consecutivos y un saque sin restar lo condenaron.
En la final de promesas, Carregal se impuso (22-18) a Unai Alberdi en un partido en el que, a pesar de la superioridad física del de Galdakao, fueron los errores del azpeitiarra, varios de ellos en pelotas francas, los que le privaron de presentar mayor resistencia. El vizcaíno tomó el control del partido muy pronto, con un 1-5 de parcial, demostrando que maneja muy bien las dos manos, herramientas con las que imprimió a la pelota una velocidad superior que la de su rival. Con todo, Alberdi ya había demostrado en la eliminatoria anterior que no es un pelotari que gusta bajar los brazos y se agarró al partido gracias a sus recursos técnicos. El saque, jugada con la que ambos pelotaris cometieron faltas, fue otro argumento que sirvió al guipuzcoano para mantener viva la esperanza, pero nunca pudo dar caza a un rival que puede crear problemas a Larrazabal en la final del próximo miércoles.
El festival se alargó más de lo esperado, ya que el partido del Torneo popular resultó extremadamente peloteado. Al final, tras remontar un partido que se les había puesto muy cuesta arriba, Urretabizkaia-Pueyo se impusieron 18-15 a Alemán-Baez y se enfrentarán a Cruz-Oliveira en la final.