Cuatro y Medio

Diario de Noticias
El Cuatro y Medio tiene complejo de inferioridad ante sus hermanos mayores -el Manomanista y el Parejas-, quizás por jugarse sólo en un trozo del frontón o porque nunca falta alguien -últimamente, Martínez de Irujo- que critica sus insólitas distancias. El Cuatro y Medio aguanta sin rechistar esas quejas y algún flojo encuentro en las primeras rondas, donde las figuras pagan a base de errores la adaptación a la jaula . Hasta que, de pronto, se reivindica con un partidazo como el del pasado sábado entre Olaizola II (cuánto hay que jugar para ganarle) y Patxi Ruiz (cuánto jugó para ganar), que le reconcilia con la afición y demuestra que sí, que da espectáculo, que es un gran invento.

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