Bengoetxea, cuarto triunfo en siete días

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El de Leitza alarga su estado de gracia en el Memorial Uria
Un pelotazo de su zaguero Peñagarikano sentenció un choque duro y emocionante

Juan Luis Ibarretxe / Deia

Oinatz Bengoetxea no se cansa de ganar. Y es que sólo 24 horas después de vencer a Ruiz y lograr el pase a la semifinal del Torneo San Fermín del Cuatro y Medio, ayer firmó otro triunfo, en este caso por parejas. El de Leitza, que ya suma cuatro victorias consecutivas en siete días, formó ayer con Peñagarikano y doblegó por 21-22 a Berasaluze y Otxandorena en el II Memorial Javier Uria, que se decidió mediante un potente derechazo del zaguero guipuzcoano cuando el empate a 21 campeaba en el marcador.

El duelo, tal y como se desprende del tanteo, resultó emocionante y muy duro, sobre todo en su primera mitad. Los «azules» comenzaron por delante con un elocuente 0-5, y dos ganchos de Oinatz incluidos, pero el equilibrio se restableció rápidamente con la igualada a cinco. En esta fase del choque, los dos zagueros eran los protagonistas, puesto que tanto Iñaki como Kepa se mostraban seguros y con una pegada fresca. Sólo tras el 9-10 dio la sensación de que Peñagarikano podía bajar un poco su rendimiento y, de hecho, falló dos pelotas seguidas, con lo que los «colorados» se adelantaron por 11-10, mínima ventaja repetida poco después (12-11).

Pablo y Oinatz, en acción

En esta segunda mitad los delanteros entraron más en acción y se presenció un juego vistoso. Una serie de tantos de Oinatz y un par de errores de Otxandorena pusieron el partido de cara para el de Leitza y el de Azpeitia, que se marcharon hasta el 12-19. Pero si Bengoetxea estaba demostrando su calidad, Pablo no quería ser menos y gracias a su decisión en el remate se dio lugar a un 19-20 que devolvía la incertidumbre al recinto vizcaino. Un error desde el cuadro uno de Berasaluze dejaba a los «azules» a un paso del triunfo. (19-21). Sin embargo, su rival en los cuadros «alegres» cometía dos fallos al entrar de aire las tablas volvían al marcador (21-21). No se podía pedir más emoción y, tras un peloteo épico, llegó el citado derechazo de un Peñagarikano que ayer estuvo brillante y sentenció la liza.

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