Sin un favorito claro

Sólo Patxi Ruiz ha destacado antes de las semifinales del Manomanista, a las que también han llegado Martínez de Irujo, Olaizola II y González
TINO REY/El Correo

Ni con liguilla y sin ella, como en esta edición, el Manomanista viene pecando de los grandes males que le aquejan de antaño. El sistema de competición sigue siendo una asignatura pendiente. En lo rigurosamente deportivo no se vislumbra un pelotari capaz de marcar toda una época. Julián Retegui, con once ‘txapelas’, puede dormir a pierna suelta.

El pasado año se arremetió contra la liguilla de semifinales. «Es inhumana e insoportable para las manos de los pelotaris». Fue la frase más oida en el transcurso de la misma. En 2005 se eliminó esa fase y todo sigue igual. De los cuatro semifinalistas, Martínez de Irujo Patxi Ruiz, Olaizola II y González, dos de ellos están tocados.

Se trata del vigente campeón, que arrastra una fisura en el dedo meñique de su zurda, y el zaguero estellés, con uno de los tendones de su mano diestra picada. Pero este hecho es considerado por los técnicos «como un daño colateral que casi siempre se puede producir». Lo verdaderamente grave es el sistema de competición tan arcaico que ha diseñado la Liga de Empresas.

El no dejar un resquicio abierto para los posibles aplazamientos no es de recibo. El comité de sabios de la Liga redactó una reglamentación hermética que la mayoría de las veces se ha vuelto contra sus propios intereses. Abel Barriola, uno de los presuntos candidatos al título, pagó las consecuencias de la misma y tuvo que abandonar la competición al no dejarle posponer una semana su eliminatoria contra González.

Lo malo no es esto. Por enésima vez se ha demostrado que sobran intervinientes. Muchos de ellos carecen de la calidad necesaria para jugar en primera categoría. Para ellos hay que organizar un campeonato menor para entretener al personal y disputar un master entre los campeones, buscando una fórmula competitiva y atractiva para todos.

El caso es que el Manomanista ha entrado en su penúltimo capítulo sin aportar muy poco al espectáculo. Martínez de Irujo, con su lesión a cuestas, no ha exhibido el poderío de 2004. Su debut ante Asier Olaizola dejó sobre la cancha del Municipal de Bergara, más sombras que luces. González pasó llorando su examen contra Xala.

Olaizola II, con su acostumbrada ratonería, solventó en el Atano III, con menos de media entrada, su compromiso ante Oier Zearra, con suma facilidad. El vizcaíno aguantó el pulso del partido hasta la primera decena. De aquí en adelante su pegada se difuminó y el navarro campó por sus fueros.

El que ha emitido una imagen superior al resto de semifinalistas ha sido Patxi Ruiz. Eliminó a Rubén Beloki y Patxi Eugi de una forma arrolladora. Ha imprimido superior velocidad a la pelota que el resto de semifinalistas y ha resplandecido en tareas defensivas.

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