El de Irurtzun se enredó tras el 7-13 en la final del Abierto de Gipuzkoa
JOSEBA LEZETA/Diario Vasco
Jorge Nagore se adjudicó el triunfo en el Abierto de Gipuzkoa del cuatro y medio al derrotar a Martin Alustiza por 22-18 en la final disputada ayer en el Uarkape de Arrasate.
El delantero de Irurtzun, gran especialista de la distancia, ofreció sus dos caras durante la hora y cinco minutos de juego. Comenzó bien, dio velocidad a la pelota y la hizo botar cantidad de veces entre la raya del cuatro y la del cuatro y medio. Alustiza ejerció de recadista. Sin embargo, después de encarrilar el partido con el 7-13, apareció el Nagore errático, incapaz de trasladar al marcador su dominio en el peloteo. Y Alustiza, a base de trabajo y sacrificio, estuvo a punto de dar la vuelta al encuentro. Le faltó una pizca de acierto con 16-18 en el marcador, cuando estrelló un gancho en la chapa. Si llega a sumar aquel tanto, la sorpresa habría estado mucho más cerca en el Uarkape.
Hasta nueve tantos, además de dos pasas del cuatro y medio, concedió Nagore a Alustiza, quien a sus 42 años conserva una buena condición física y una identidad de pelotari que encandila. Ésa no la perderá nunca. Es un pelotari al que hay que ganar. Restó muy bien los saques.
Ayer perdió varias pelotas, pero ninguna porque se equivocó a la hora de elegir la jugada. Fueron en situaciones forzadas o al adquirir riesgos para acabar el tanto. Salió a la cancha con la idea clara de que no podía enzarzarse en el peloteo con Nagore. Buscó la dejada o el aire con pelota a placer.
El de Irurtzun exhibió una zurda formidable al principio. Con ella marcó líneas cruzadas hacia el ancho o rectas en la pared izquierda. Alustiza corría en busca de la pelota con la esperanza de devolverla al frontis y que Jorge errara, algo que ocurrió contadas veces hasta el 7-13. Después reapareció el Nagore obnubilado, ése capaz de tirar por la borda todo su trabajo. Permitió a Alustiza situarse a un tanto, 12-13. Y le faltó poquito para perder una final que tuvo en sus manos desde que el juez lanzó la chapa al aire.