Las empresas barajan un par de fórmulas para la disputa de las semifinales Participarán veinte pelotaris y cuatro de ellos serán cabezas de serie
JOSEBA LEZETA/Diario Vasco
La desaparición de la liguilla de semifinales es la principal novedad de la próxima edición del Manomanista de Primera, cuyo comienzo está previsto para Semana Santa, para el fin de semana del 27 de marzo. Resta por conocer la fórmula por la que optarán las empresas para sustituir la liguilla. Descartada ésta, existe la posibilidad de recuperar el anterior sistema de semifinales puras, a un solo partido. Otra opción consiste en adoptar semifinales al estilo del Campeonato de Parejas, es decir, a doble vuelta con la posibilidad de recurrir a un desempate en caso de que cada pelotari obtenga un triunfo. De momento no hay nada definitivo.
Participarán veinte pelotaris y existe una duda sobre el número que presentará cada empresa, si serán diez de Asegarce y diez de Aspe o nueve de Asegarce y once de Aspe. El año pasado, por ejemplo, Asegarce tuvo un pelotari más porque eran suyos tres de los cuatro cabezas de serie. Este año cambian las tornas.
El Manomanista mantendrá a los cuatro cabezas de serie, condición que corresponde a los semifinalistas del año pasado: Martínez de Irujo, el campeón; Xala, el subcampeón; Aimar Olaizola y Patxi Eugi. Entrarán en liza en cuartos de final contra los supervivientes de las tres primeras rondas.
Son fijos en la lista de Aspe Martínez de Irujo, Xala, Eugi, Barriola, Gonzalez, Goñi III, Pascual, Lasa y Galarza V, campeón de Segunda el año pasado. Junto a estos nueve pelotaris estarán uno o dos más, que saldrán de las previas. Los aspirantes son Berraondo y Chafee, que se enfrentarán el viernes en el Atano III de Donostia, Del Rey y Galarza VI, rivales el domingo en Bergara. Si Aspe incluye finalmente a once pelotaris, obtendrán las dos plazas los ganadores de estos encuentros. Si sólo son diez, los vencedores de este fin de semana deberán jugar otra eliminatoria entre ellos. A los cuatro manistas se les ha indicado que existe esa doble posibilidad.
Asegarce, por su lado, dispone de once manistas para nueve o diez plazas. Son indiscutibles seis: Aimar Olaizola, Asier Olaizola, Rubén Beloki, ausente el año pasado por lesión y que regresará a la competición reina, Patxi Ruiz, Oier Zearra y Oinatz Bengoetxea. Si la empresa bilbaína dispone de diez plazas también inscribirá a Koka, Agirre y Peñagarikano, con lo que la plaza pendiente debería resolverse entre Otxandorena y Esain. Podrían jugar una previa o la propia empresa puede elegir a uno. Si el número es de nueve, complicará más la decisión.
Las empresas han descartado la liguilla de semifinales tras vivir en sus carnes situaciones problemáticas derivadas de este sistema. Se ha empleado en dos ediciones y ha causado problemas en ambas. En 2003, Aimar Olaizola se lesionó en el brazo derecho mientras disputaba su partido de la segunda jornada de la liguilla contra Beloki. Finalizó el encuentro, lo ganó 22-21, pero la lesión, unida a problemas en las manos de Barriola -otro de los semifinalistas- provocó el aplazamiento de la tercera y última jornada. Olaizola II jugó contra Patxi Ruiz en el Ogueta, pero no pudo finalizar el encuentro al resentirse de su lesión.
Cuatro de seis
En 2004 sólo se pudieron disputar cuatro de los seis partidos de la liguilla. Patxi Eugi causó baja en la primera jornada, ante Olaizola II, por una gastroenteritis de última hora. En la tercera suspendió ante Martínez de Irujo por una lesión en la mano izquierda. Entre una y otra ausencia, disputó el encuentro de la segunda jornada frente a Xala, aquél en el que apenas golpeó la pelota de zurda porque no la tenía en unas condiciones mínimas.
La liguilla de semifinales se implantó en busca de más partidos atractivos, de enfrentar a los mejores pelotaris, de ofrecer mejor espectáculo. Sin embargo, la exigencia del mano a mano es tal que el endurecimiento de la competición, combinado con las ganas de los pelotaris de jugar aún sin reunir condiciones físicas plenas, ha provocado situaciones desagradables, perjudiciales para la pelota a mano en general y el Manomanista en particular.