Jorge Nagore, vigente campeón en la ‘jaula’, analiza a los dos finalistas de 2004 | Es el único pelotari que ha jugado contra ambos en esta edición
P. A. / La Estafeta de Navarra
La final del Cuatro y Medio de 2004 tiene un color nítido, el azul de la camiseta de Aimar Olaizola (el delantero de Goizueta cederá el rojo al más veterano, Abel Barriola, que debutó en profesionales 49 días antes que él). Las exhibiciones del delantero antes de la final (seis partidos, seis victorias) y el hecho añadido de que derrotara en la liguilla a su rival por la txapela (22-9) le convierten en el principal candidato… aunque con matices, como explica el vigente campeón del torneo, Jorge Nagore: «Es el gran favorito, aunque sin menospreciar a Barriola».
El delantero de Irurtzun conoce mejor que nadie las posibilidades de ambos en el partido decisivo, porque es el único que se ha enfrentado a ambos en este torneo. Fue en la liguilla, y Nagore cosechó sendas derrotas (22-8 ante Olaizola II y 22-16 ante Barriola).
La regularidad de Aimar. «En el Cuatro y Medio, Aimar es el más completo», explica Nagore. «Quizá no tiene ningún golpe definitivo, pero saca bien, es un gran restador, anda muy bien en la cancha y, cuando baja a los cuadros dos o tres, remata perfectamente con el gancho. Todo lo hace perfecto, aunque en lo que más destaca es en la defensa. Lleva muchísima pelota a buena, siempre está bien colocado». Contra este rival, Nagore cayó derrotado en el primer partido de la liguilla. «Me faltaba un poco de rodaje, porque había estado quince días parado, aunque eso no es excusa: me ganó con mucha autoridad», recuerda.
El golpe de barriola. Tras su derrota ante Olaizola II, el delantero de Irurtzun logró un triunfo rotundo ante Yves Xala (22-8), y se jugó el pase a la final ante Abel Barriola, que también sumaba un punto en la liguilla. Perdió, aunque tuvo muchas más opciones que ante el de Goizueta. «Llegué más rodado, en un buen momento, y tenía opciones de alcanzar la final. Era un cara o cruz, pero tuve un comienzo de partido muy malo y lo pagué». Nagore define así a Barriola en la jaula: «Es un pelotari con mucho golpe, más que Olaizola II, y tiene una gran facilidad para terminar los tantos. Diría que es muy diferente a Olaizola, aunque Aimar es mejor en defensa y, al ser delantero, tiene una gran facilidad para rematar».
El precedente más reciente –y válido– entre Olaizola II y Barriola habla de un triunfo claro del primero (22-9), en la liguilla, aunque Nagore resalta que «cada partido es distinto. En la final entran en juego muchos factores, como la presión, y este año toda es para Olaizola… aunque para ser tan joven es todo un veterano en ese sentido», indica. No obstante, el delantero de Irutzun recuerda precedentes que terminaron con sorpresas: «El año pasado, Titín III era el favorito, pero le gané. Y en 1999, los apostantes estaban con mucha claridad con Patxi Eugi, pero la txapela se la llevó Unanue».
El factor Ogueta. Uno de los factores que están a favor de Barriola es el frontón, el Ogueta. «Aimar es el favorito, pero la cancha le beneficia a Barriola. Es el frontón más duro de todos los industriales: el frontis es vivo y, sobre todo, tiene un suelo muy rápido para el bote. Esto favorece al pelotari con más garrote, y en este caso es Barriola. Si encuentra buen material puede hacer daño, aunque Aimar es tan completo que puede ganar en cualquier circunstancia», concluye el vigente campeón.
La renovación, paralizada
Jorge Nagore llegaba al Campeonato del Cuatro y Medio con la vitola de favorito –se impuso en la edición de 2003–, y con la presión añadida de un hecho ineludible: su contrato con la empresa Aspe concluye en marzo de 2005.
El delantero de Irurtzun comenzó el torneo en cuartos de final. Había cuatro cabezas de serie, pero él fue el único en lograr el pase para la siguiente ronda (Titín III, Capellán y Beloki fueron eliminados). En la liguilla, perdió ante Olaizola II, aunque tuvo opciones de alcanzar la final hasta el último día (ganó 22-8 a Xala y cayó en el choque decisivo ante Barriola por 22-16). Ahora, Aspe tiene la palabra. «Todavía no sé nada, pero no estoy preocupado. Lo que tenga que pasar, pasará», dice Nagore.