Comienza la cuenta atrás para Olaizola II y Barriola | Disputarán la final el próximo domingo en el frontón Ogeta | Los dos buscan su segunda txapela
Óscar Tovías / La Estafeta de Navarra
Primero fue Abel Barriola (2001) y tras él, Aimar Olaizola (2002). Los dos han sentido la cálida sensación de la txapela sobre sus cabezas, y ambos desean volver a experimentar la embriagadora impresión del triunfo. El Ogeta de Vitoria será el encargado de abrigar su encrucijada para ello el próximo fin de semana, frontón en el que el estallido sordo del cuero contra la piedra, «el sonido más hermoso del mundo», como lo definió Julian Retegi, irrumpirá bajo los cánticos de los corredores de apuestas.
22-9. Eran los números que mostraron los cartones en el tercer partido de semifinales. Los protagonistas fueron los mismos que se medirán en Vitoria el próximo día 26. Entoces fue Aimar Olaizola quien se llevó el gato al agua. Barriola aguantó bien los primeros compases del encuentro e hizo mucho daño con sus experimentadas dejadas. Pero el de Goizueta hizo gala de su dominio en la distancia y, merced a su estrategia, técnica y potencial defensivo, jugó con su rival en el peloteo para terminar finalizando los puntos con la maestría y elegancia que le caracterizan. El golpe que sufrió el de Leiza cuando corría el 4-9 pareció influir en su rendimiento aunque dicha sitiación no sirvió para desdecir la superioridad de Aimar. El de Asegarce dejó claro que, hoy por hoy, es quien manda en la distancia.
Perfección. Dicen que es ésta una cualidad inexistente, adjetivo propiedad exclusiva de los dioses, pero lo cierto es que si no en su plenitud, sí hay quien se aproxima a ella de forma descarada. «Lo ha hecho todo bien»;es el comentario que más se escucha a sus rivales tras los partidos. Paciencia, confianza y excelencia en el toque son las principales bazas que emplea el de Goizueta para someter a sus contrarios a una paliza de pelotazos hasta que fallan. Y si no lo hacen, ahí está el pequeño de la estirpe para culminar de forma contundente. Un muro defensivo que se torna en carro de combate para terminar el tanto de forma inmejorable con ambas manos.
Su zurda es temida y sus cifras provocan escalofríos. Aimar acumula 18 victorias en la jaula desde 1998, y son ya 15 los partidos consecutivos en los que permanece invicto (para recordar su última derrota hay que remontarse a octubre de 2000). Historia y presente. Es el mejor restador del campeonato (tan sólo dos saques encajados en cinco partidos) y el que más endurece los encuentros (1.511 pelotazos, 302 por partido. Sin duda una dura prueba para Barriola que intentará franquear su destino con su capacidad de sufrimiento, su buena pegada y mayor acierto en el saque. Quedan siete días.