El navarro se dedicó a alargar los tantos y a esperar los errores
Diario de Noticias
Aimar Olaizola se sometió ayer a una interesante sesión de entrenamiento en Logroño. Lo hizo en un encuentro de competición, pero más pareció otra cosa, porque la superioridad del goizuetarra fue tal que Miguel Capellán no pudo pasar de la media docena de tantos. El navarro entró en las semifinales a lo grande, demostrando que vuelve a ser el pelotari que asombró hace un par de temporadas.
Ayer, a Olaizola II le dio por pelotear, por pegarse una buena sudada y por darle una tunda espectacular a Capellán, al que venció por agotamiento. Con la derecha afilada y la zurda de terciopelo que le distingue, el navarro manejó el encuentro con autoridad y suficiencia, pero no apuntilló como sabe. Se limitó a alargar los tantos, a mover a su adversario y a esperar los errores. Como si se estuviera preparando para la liguilla que le espera, en la que tanto Barriola como Nagore tratarán de dominarle con su golpe. Sólo al final, cuando ya estaba todo decidido y pesaban más las ganas de llegar a los vestuarios, se decidió a rematar. Y de este modo firmó los tres últimos tantos y se incluyó en una liguilla de semifinales en la quea tomará parte con todas las aspiraciones.