Barriola sale de su agujero

L. G. / Diario de Navarra
Confianza es una palabra mágica para cualquier deportista. Sin ella no hay buen rendimiento, ni resultados, tampoco títulos. En 2003 Abel Barriola atravesó uno de los peores momentos de su carrera deportiva. Su confianza se fue resquebrajando campeonato a campeonato con golpes muy duros de asimilar. El más violento, el 2-22 que le hizo Aimar Olaizola en el Manomanista 2003. Después vino perder el Cuatro y Medio Navarro por 21-22 frente a Esáin o caer en primera ronda de la «jaula» 2003 ante Capellán por 20-22.

En 2004 las cosas tampoco le han ido demasiado bien en los torneos individuales. 4-22 ante Eugui en el Manomanista y 5-22 ante Nagore en la «jaula» foral. ¿Por qué en apenas año y medio Barriola entró en esa dinámica de falta de confianza?

«Cuando uno pasa una racha así es siempre por más de una causa. Son muchas gotas pequeñas que acaban desbordando el vaso», explica Barriola. «Este año he ido buscando una respuesta y creo que la he encontrado. Creo que estuve tres años dándome grandes palizas, preparando mucho el mano a mano, jugando todos los campeonatos a tope y eso me desgastó mucho. Y eso me hacía salir a la cancha nervioso, sin confianza, sabiendo que puedes dar más, pero sin saber el motivo no rindes. Tienes unas ganas de hacerlo todo tan bien que te metes una presión que acaba contigo».

En este tiempo Barriola se ha entrenado con la misma profesionalidad que en aquel ciclo redondo en el que ganó todas las txapelas individuales: el Cuatro y Medio 2001 (22-10 a Eugui), el Manomanista 2002 (22-3 a Beloki), y el Cuatro y Medio Navarro 2002 (22-13 a Eugui). Pero la preparación de un deportista no es algo matemático, ni guarda una relación causa-efecto.

«No hay un pelotari que dispute tres campeonatos a tope en un mismo año, disputándolos y que llegue a finales. Abel es un pelotari muy físico, que cuando está bien juega con todo, y eso lleva mucho desgaste físico, pero también mental, y de confianza», explica Josu Irigoyen, ex preparador físico del leitzarra, que desde el Cuatro y Medio ejerce como botillero.

Cambios en el entorno

En 2003 Barriola jugó 45 partidos de los que ganó 25 (55,5%). Este año ha disputado 47 de los que se ha impuesto en 17 (36,1%), con periodos de casi tres meses sin apenas victorias. Por ejemplo, del 5 de marzo al 6 de junio pasado sólo había ganado dos partidos.

Toda la gente que le ha ayudado a Barriola en este tiempo -Jokin Etxaniz, José Antonio Olaextxea o Josu Irigoyen- le recomendaron dar un giro, reciclarse. Por eso Barriola pasó de prepararse sólo a integrarse en el grupo de trabajo de Huarte, con Irujo, Fernando Goñi, Óscar Lasa, etc. Por eso cambió al que fue su preparador durante los tres últimos años por Juan Iribarren. Por eso le pidió hace una semana a Josu Irigoyen, que además de su ex preparador es su amigo y un hombre de confianza, que sustituyera a Olaetexa, que ya estaba un poco cansado de sentarse en la silla de la contracancha.

«Yo lo he pasado muy mal con esta situación, pero es el pan nuestro de cada día de todo deportista. Cuando estás bien todo es bonito, todos te saludan… cuando vienen torcidas nadie se acuerda de ti. Cuando estás arriba eres Dios, pero cuando los resultados no acompañan ya sabemos lo que pasan», explica Barriola. «Me han apoyado mucho, pero el que se mete y sale de un agujero así es uno mismo, aunque te ayuden todos».

El pasado viernes Barriola le dejaba en siete a Koka en su estreno en la «jaula». Dio otra imagen, dejó otra sensación que deberá confirmar ante Esáin.

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