Las empresas de pelota piensan en crear un órgano propio de jueces

Tino Rey / El Correo
Las empresas de más entidad de la mano profesional, Aspe y Asegarce, se muestran intranquilas por los reiterados fallos cometidos por los jueces a la hora de aplicar el reglamento. Tanto es así, que las empresas están estudiando la posibilidad de crear un órgano propio de jueces independientes de los colegios oficiales.

Equivocarse es propio del ser humano. Árbitros, jueces y otros encargados de impartir esa complicada difícil justicia deportiva también patinan en sus decisiones. En el particular capítulo pelotístico se ha llegado a un grado de incompetencia que no sólo ha desatado la alarma en el ámbito profesional.

Todos los estamentos que giran en torno a este juego, pelotaris, corredores de apuestas y pelotazales, evidencian un cierto hartazgo por los fallos arbitrarios de los jueces en los partidos de pelota a mano. «Aquí, alguien le tiene que poner los cascabales al gato, pero ni los apostadores ni nosotros podemos estar a expensas de las decisiones de unos señores que demuestran una grave miopía», puntualiza Juan Luis Arrarte, corredor de Asegarce.

Las quejas de este hombre, inmerso en el mundo de las apuestas, las realizaba después de la eliminatoria del Cuatro y Medio que disputaron en el frontón Labrit, Xala y Patxi Ruiz. La misma concluyó con el triunfo (22-8) del zurdo vasco-francés sobre el zaguero estellés, que tuvo una actuación caótica.

Pese a que el encuentro se desarrolló por la vía rápida, el de Iparralde puso muy pronto un marcador (19-1) que desmontó de presión y de interés la eliminatoria. Sin embargo, a los jueces les invadió una afán desmedido de protagonismo. Cinco de sus decisiones que tomaron fueron completamente erróneas ante el enojo de los aficionados.

Una de ellas, un segundo bote con el que sancionaron a Xala, el único que lo vio fue el juez de adelante. El de Biarritz, que es uno de los pelotaris más comedidos y educados que militan en el profesionalismo, jamás hace un gesto en la cancha y nunca protesta por nada, se llevó sorprendido las manos a la cabeza.

La descoordinación que exhibieron en el transcurso del choque los dos árbitros del Labrit resultó cómica. Uno levantaba la mano para señalizar la falta y el otro le desautorizaba señalando a los pelotaris que continuaran el juego. Los contendientes se quedaban medio parados y asombrados ante semejantes dislates.

Los apostantes se dirigieron a los medios de comunicación, una vez finalizado el partido, para denunciar los hechos. «Aquí venimos a jugarnos religiosamente los euros y no podemos estar a expensas de las actuaciones caprichosas de los jueces. El día que el desacierto se produzca en un 21 iguales va a haber más que palabras», fueron las reclamaciones.

El asunto no es nuevo: «Viene de muy lejos», subraya Juan Luis Arrarte. «Lo que pasa es que de un año a esta parte se han incrementado los desaciertos y hay que tomar medidas al respecto», añade.

© Pelota Vasca - Manista. Diseño: iLUNE