El vizcaíno remontó un marcador adverso (20-17) y eliminó a un rival que ofreció su peor versión en la competición desde su debut
Íñigo Leiza ridiculizó (22-20) a Patxi Eugi en la eliminatoria del Torneo del Cuatro y Medio disputada ayer en el frontón de Alsasua. El vizcaíno, arrinconado entre las cuerdas (20-17), tiró de orgullo y se hizo con una victoria que sorprendió a la cátedra y a los seguidores del campeón de Aoitz. Al ganador le espera en el próximo escalón a Xala.
¿Sorpresa? No tanta. Patxi Eugi ya vendió excusas el día de la elección de material. «Estoy sin ritmo de competición y necesito tiempo», expresó a los medios de comunicación. Después de lo visto ayer, en su primer examen y último en la ‘jaula’, no sólo le falta encanchamiento y el nivel que otorga los campeonatos, sus carencias pelotísticas van más lejos.
Su zurda, que fue sometida a una operación en los inicios del mes de junio, está en precario. La pelota le sale de esta mano con una lentitud alarmante. Su pegada es débil y casi nunca pasa a dominar en el peloteo. Además, muestra una inseguridad manifiesta. Falló siete pelotas con la izquierda y cuatro con la derecha.
Su cintura de avispa, que dio mucho que hablar en la década de los noventa por sus espectaculares alcanzadas, se ha convertido en un talle férreo y rígido. Cuando tuvo que doblar el espinazo sus lumbares chirriaron con estruendo. Mucho y bien deberá de trabajar para recuperar el tono competitivo de antaño.
La verdad es que Eugi está inmerso entre las tinieblas pelotísticas desde 2000, donde logró el título más prestigioso de la modalidad, el Manomanista, y se proclamó el amo y señor de los cuadros cortos del frontón. Desde entonces no ha levantado cabeza.
Partido igualado
El primer tanto subió al casillero del pelotari de Asegarce (0-1) por un error de zurda de Eugi en la pared izquierda. Para no ser menos, el vizcaíno le obsequió el empate (1-1) por el mismo procedimiento. Se adelantó el favorito (3-1) con un juego discontinuo y revestido de más sombras que luces.
Las igualadas fueron de aquí en adelante la constante de la eliminatoria: 3-3, 10-10, 12-12, 14-14 y 15-15. Eugi se asomó al balcón de la imaginación y destapó las pocas gotas que tenía guardadas en el tarro de las esencias. Moviendo con dirección y violencia la pelota con su diestra y con varias descolgadas al ancho se puso a dos tantos de la victoria: 20-15.
Pero en el deporte y en la pelota en particular, hasta el final nadie es dichoso. Leiza se asentó en la cancha y rescató de su libreto lo mejor de su repertorio y de un fuerte arreón se fue derecho al cartón 22. «El chaval lo mejor que ha hecho es saber estar en la cancha, su lucha constante y el mantener el tipo en la recta final», dice Julián Retegui.
Con el partido de Alsasua se cierra la primera jornada del Cuatro y Medio y con dos grandes damnificados. Por una parte, Patxi Ruiz: «La derrota ante Xala ha sido uno de los palos más fuertes que me he llevado desde que soy profesional», ha declarado. Ayer le tocó el turno a Patxi Eugi, que retorna al túnel del olvido.