juan ángel monreal / Diario de Noticias
Con 52 años y 13 ya al frente de la principal institución de la pelota aficionada, García Angulo conserva fuerzas e ilusión para trabajar en un deporte que comenzó a practicar a comienzos de los años 70 en Ciudad Real. «Fui fundador del club Quijote y de la Federación de Castilla la Mancha. Yo venía del tenis, pero a través de gente que conocía la pelota, de algún navarro que andaba por ahí, descubrí este deporte y empecé a jugar a paleta cuero y pala corta», explicó ayer durante una visita a Pamplona, donde participará hoy en una reunión de la Federación Internacional de Pelota, de la que es vicepresidente.
¿Qué balance se puede hacer de estos 12 años al frente de la Federación Española de Pelota?
Creo que se ha hecho una gestión conforme a lo establecido. Hay que tener en cuenta el momento en el que llegamos, después de lo ocurrido con el anterior presidente y el desgaste de credibilidad que aquello supuso para la pelota. Hubo que volver a ganarse la confianza de las instituciones y salvar una situación económica no muy boyante. Por lo demás, se han consagrado proyectos deportivos importantes.
¿Qué asuntos han quedado sin solución?
Fundamentalmente dos. La relación entre el profesionalismo y la pelota aficionada, y el asunto de la Federación Vasca, que creo que debe entender que ha de estar incluida dentro de la Española. Por lo demás, la relación con el resto de territoriales es extraordinaria y se trata de empujar todos juntos.
¿Se ha avanzado algo en extender este deporte fuera de Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca?
El deporte de la pelota está mejor que hace ocho ó 12 años, pero hay que partir de que las competencias son de las autonómicas. Lo que sí podemos decir es que se están facilitando programas técnicos y de formación y que el Campeonato de España cuenta con una mayor participación y, sobre todo, una mayor demanda.
Sin embargo, visto con un poco de perspectiva, parece que la pelota no sale de su retroceso. Hace 50 ó 60 años su extensión era mayor.
No nos engañemos: la pelota ha subsistido por los vascos y los navarros que vivían en otras provincias. En Madrid, por ejemplo, la practicaban aquellos que estaban haciendo el servicio militar. Ahora, en cambio, sí que hay nativos que juegan.
Castilla y León está lleno de frontones, pero cada vez se juega menos.
Allí hay un programa de tecnificación importante y en el último Campeonato del Mundo sub’22 dos chicos quedaron campeones y subcampeones del mundo. Hay que tener en cuenta las dificultades propias que tiene este deporte, la falta de instalaciones.
¿Sobran modalidades?
Son muchas, sí. Y si lo que nos planteamos es su difusión, demasiadas.
¿Por cuáles apostaría?
Como presidente de la Española, por las de 30 y 36 metros. Y de este último, por la mano parejas y la paleta cuero.
¿Y el trinquete? En Francia, México y Argentina tiene fuerza…
Claro. Su práctica resulta más fácil que el frontón de 36 metros. Pero en España no hay trinquetes y algunos de los que existen, como el de Arnedo o el de Barcelona, tienen una actividad nula.
¿Los campeonatos que existen, como el de España de clubes, sirven para difundir este deporte? Muchos clubes (andaluces o castellanos) funcionan con pelotaris vascos.
Vamos a estudiar qué cambios se pueden introducir en algunos campeonatos, pero soy partidario de que los pelotaris jueguen donde quieran. Eso ocurre en todos los deportes.
Pero no tiene sentido que un club haga 700 kilómetros para ganar por 22-0… La Federación de Euskadi siempre se quejó de eso.
En los Campeonatos de España hay cuatro categorías y puedo asegurar que en División de Honor eso no sucede. Muchos clubes del País Vasco tienen dificultades para ganar pero se ha extendido un cuento que no se corresponde con la realidad. Lo que hay que hacer es participar para ayudar a que suba el nivel.
¿Ve imposible que la Federación de Euskadi vuelva a la Española?
No, eso depende de ellos. Será posible siempre y cuando ellos quieran. Hay clubes vascos que siguen participando y sus pelotaris vienen a jugar con nosotros. A la Vasca le pediría que dejara a un lado la política. Que yo sepa el Gobierno vasco no se ha salido de España. Yo, en su momento, me pondré en contacto con la Federación Vasca para hablar.
¿No darle el Mundial a Bilbao fue una rabieta por la petición de la Vasca de selección propia?
No, hasta ese momento las relaciones eran normales.
Pero, tras el discurso de Garai en México, usted dijo que se habían quedado sin Mundial…
Una cosa es el calentón del momento y otro el concurso que hubo para adjudicarlo. Navarra y Valencia presentaron proyectos mejores. Y los tribunales nos dieron la razón.
¿Que le parecen las buenas relaciones que hay entre la Navarra y la Vasca?
Me parece que son correctas, pero creo que interesadas por una de las partes. Y no voy a decir más.
¿12 años no son suficientes? Podría dejar paso a gente nueva…
Siempre he dicho que estoy para servir a la pelota y no al revés. Cuando entienda que ya no me quedan fuerzas me iré. Pero llevo 12 años dedicado en cuerpo y alma y así voy a seguir.
Hay quien dice que sus juntas en Madrid son reuniones de amigos…
Eso lo dicen en tono despectivo quienes creen que no necesitan de la Española. A las reuniones se va a trabajar, y prueba de ello son los resultados. En 12 años hemos ganado dos Campeonatos del Mundo sub’22, que no poseíamos ninguno, y hasta dos Copas del Mundo de trinquete.
Pero como presidente se vive muy bien…
No creo que tan bien. He tenido que renunciar a cosas. Hay que viajar mucho y no he visto crecer a mis hijas como me hubiera gustado. Pero esto es lo que me gusta y hago lo quiero, que no lo puede decir todo el mundo.
¿Puede alguien de Ciudad Real ser presidente de algo a lo que se juega en otros sitios?
En alguno de los sitios en los que se juega a pelota, se ha hecho poco por este deporte. Lo importante no es de dónde sea el presidente, sino que le guste la pelota y sepa lo que quiere.