La vizcaina se adentró en la pelota tras leer un estudio sobre las peleas de gallos
Ibarretxe / Deia
Siete años de frontón en frontón, de universidad en universidad y de libro en libro. Así ha estado Olatz González de Abrisketa, una getxoztarra que está a punto de publicar una tesis que supone la primera y más completa investigación a fondo de la pelota a nivel histórico simbólico y social. Lo que le impulsó a empezar esta tesis que le ha llevado a países como Cuba y Estados Unidos, entre otros, fue su afición por «jugar a pala con pelota de tenis y, aparte, había un antropólogo de la línea simbolista, llamado Cliford Gets, que estudió las peleas de gallos en Bali. Él hablaba de un espacio en el centro de los pueblos donde la gente se reunía y apostaba y yo entonces vi en la pelota una posible línea de investigación fuerte».
En los documentos que ha estudiado Olatz no ha encontrado chicas que jugasen a mano a nivel profesional, aunque sí que «han existido desafíos en los pueblos. A la mujer se le vinculaba con la astucia, con los pelotaris “zorros”». A la hora de opinar si la pelota es un deporte machista, Olatz considera que, aunque ahora se ven «más mujeres en el frontón, la pelota es una actividad masculina. Está referida a la constitución política de los espacios públicos, algo que siempre ha estado vinculado al hombre, mientras que el ámbito privado, como la casa, era una esfera femenina».
Pelotari de herramienta
Olatz también juega habitualmente a pelota y el año pasado participó en el torneo de herramienta Robert Simpson que celebrado en San Nicolás (Getxo). Entonces jugó con su compañera Argi contra parejas de chicos, aunque para el año que viene podría organizarse una competición femenina.