Tras Ladutxe y Gonzalez, Xala es el tercer francés en destacar en la mano profesional | Los tres responden a un mismo patrón: delanteros muy técnicos, y con pasado en el trinquete
Pablo Almárcegui / La Estafeta de Navarra
Francés, delantero, zurdo, muy técnico y con un importante dominio del juego de aire. Martínez de Irujo se encontrará con un duro y peculiar adversario el próximo domingo en el Atano III, con la txapela manomanista en juego: Yves Xala. Los dos pelotaris han sorprendido a la cátedra pelotazale en este campeonato, pero la presencia en la final del pelotari de Iparralde llama especialmente la atención, por lo poco ortodoxo de su juego.
Y, a pesar de su singularidad, dos precedentes, Pampi Ladutxe y Sebastien Gonzalez, invitan a pensar que se trata, de cierta manera, de un pelotari típico; típico de la frontera, con las características propias del que ha aprendido a jugar a pelota en trinquete.
El trinquete. En Francia apenas existen frontones con pared izquierda, y los pelotaris se forman en el trinquete y en el frontón abierto (sin paredes en los laterales), modalidades en las que se practican golpeos y jugadas muy particulares. Xala se formó en ese tipo de pelota, hasta los 20 años. Y después, ha aprendido todo lo que sabe del juego del otro lado de lado de la frontera de Pampi Ladutxe: su actual botillero, mentor y, además, el primer francés que destacó en la mano profesional.
El remate de Pampi. Quienes coincidieron con Ladutxe, pelotari que jugó durante los años 70 y 80, afirman que fue un delantero imprevisible, con una capacidad única para el remate. El ex pelotari Joxean Tolosa ganó con él una final del Campeonato de España de Mano Parejas en los 80. «Era un genial, muy técnico, un auténtico artista. Quizá andaba un poco corto de golpe, pero iba muy bien de aire, y tenía un gancho de zurda con el que escondía la pelota, le daba mucha velocidad», recuerda el zaguero guipuzcoano.
El pupilo de Ladutxe, Yves Xala, coincide en que era un pelotari «genial». «Yo le vi poco porque jugaba en España, y entonces no le televisaban. Pero sé que en el trinquete lo había ganado todo. Hacía el tanto muy fácil, y tenía un gran gancho. Era muy artista», incide Xala.
Debut discreto. Yves está ahora en lo más alto de la pelota profesional, pero no hace demasiado tiempo, a él se le conocía como el francés de Segunda, porque había otro que jugaba en los encuentros estelares. Cuando Xala debutó, lo hizo a la sombra de su compatriota Sebastien Gonzalez, pelotari nacido en San Juan de Luz. Se da la circunstancia de que también es delantero y zurdo, y que proviene del trinquete. Gonzalez destaca por su juego de aire aunque, a diferencia de Ladutxe, destaca más en el juego individual que por parejas. «Este año estoy yo arriba, pero cualquier otro año le puede tocar a él. Juega muy bien el mano a mano», advierte Xala.
Campeón de Segunda. Gonzalez, de 26 años, cuenta con un Manomanista de Segunda categoría, conseguido en 2000, y antes había sido subcampeón de mano individual en el Mundial de México, en 1998 (cayó en la final ante Aritz Berraondo). Este año, eliminó en el Manomanista a Otxandorena (22-8) y cayó en octavos de final ante el pelotari invencible de esta edición, Martínez de Irujo (22-13).
Por último, el tercer francés que ha destacado en el campo profesional, por orden cronológico, es el propio Xala. A sus 24 años, el de Lekuine atesora ya el mejor palmarés entre los franceses, ya que se impuso con Óscar Lasa en el Mano Parejas de 2002, fue subcampeón en el Manomanista de Segunda de 2001, y alcanzado la final en el de Primera en 2004.
Un pueblo detrás. Ahora busca el cuarto título para la pelota francesa, pero algo más. Si logra vencer a Martínez de Irujo, conseguiría un hito: sería el primer pelotari nacido en al otro lado de los Pirineos en calarse la txapela. «Sé que a la gente de Iparralde les hace mucha ilusión, de hecho, muchos van a ir al Atano III. Para mí, ganar sería algo grande, por lo que hemos luchado tanto tiempo Pampi y yo. Pero bueno, no me obsesiono, sé que todavía tengo mucho tiempo para jugar a pelota, y mucho que aprender», concluye Xala.