El pajarito Joseba Lezeta en el Diario Vasco
Irujo tenía cinco años cuando recaló en el club Oberena.
Era tan pequeño que ni llegaba a la chapa.
Juan Martínez de Irujo es sinónimo de futuro. Dentro de tres semanas disputará su primera final manomanista y los pelotazales ven en él a un futuro campeón. Sin embargo, ahora que todos hablan de lo que puede suceder dentro de varias semanas, meses o años, quizá sea momento oportuno para dar media vuelta y mirar al pasado.
Maite Aguirre, la delegada del Oberena de Pamplona, club donde el de Ibero se formó como pelotari, ha seguido su evolución día a día desde que «apareció por aquí. Tenía sólo cinco años. Le faltaban aún unos días para cumplir seis. No llegaba a la chapa y sabía hacer jugadas, dejadas… Era de no creer. Se veía que llevaba la pelota dentro, que le gustaba. Juan y el hijo de Retegui II son los chavales más pequeños que hemos tenido en el club».
Para cuando llegó al Oberena, Juan había metido muchas horas en el frontón de Ibero, su pueblo, que es descubierto.