Juan Luis Ibarretxe / Deia
Abel Barriola está en el candelero. Después de una temporada sin cosechar ningún éxito, a partir del domingo luchará en las semifinales del Cuatro y Medio.
Para empezar, le ha tocado el coco.
Xala viene enrachado, pero Nagore y Olaizola II son también rivales complicados y me daba igual con quien empezar.
Tiene miedo a que le pase factura la dureza de una liguilla de tres encuentros.
Sí, pero es lo que tiene la pelota, que le pegamos a una piedra. En las competiciones individuales hay lesiones todos los años, no hay vuelta de hoja.
¿Encuentra explicación al bajón sufrido durante el último año?
Muchas veces no, pero lo importante es ser constante. De este modo, los resultados llegan.
¿Cómo vivió la polémica de la lesión de Titín en el choque de cuartos contra usted?
Yo le vi tres días antes entrenando en Donostia y creo que estaba bien. Ha sido una pena porque era un candidato a la txapela.
Ahora puede vacilar a sus compañeros de Uharte, usted es el único en la “jaula”.
Je, je, el año pasado sentía envidia sana de ellos, porque Goñi III, Lasa e Irujo andaban arriba y ahora espero dejar alto el pabellón.
¿Usted se come mucho la cabeza en estas fases decisivas de las competiciones?
Intento comérmela lo menos posible.
¿Se sintió presionado tras ganar el Manomanista de 2001?
No sé, pero de pelota se habla mucho y si estás bien eres Dios, pero si estás mal dicen que estás peor de lo que estás en realidad.
Si su novia (subcampeona estatal de triple salto) y usted siguen cosechando victorias, la prensa del corazón v a empezar a acosarle.
Je, je, je, ojalá sea así, lo importante es que cualquiera de los dos consiga éxitos.