Alberdi I: «Seguir un año más me hubiera dado más disgustos que satisfaciones»

Alberdi I se retira el sábado después de 24 años como profesional y subraya que "si volviera a nacer, sería de nuevo puntista"

Ricardo Alberdi es uno de los pelotaris míticos en la cesta punta, ya que no en vano, ha permanecido durante 24 años al más alto nivel en el campo profesional. Ahora, a sólo dos días de su despedida, que tendrá lugar en Durango con motivo de la final del Torneo Cesta de Oro, hace para www.euskobasque.com un rápido repaso a este casi cuarto de siglo que ha estado entre frontones y que ha transcurrido "muy rápido porque he disfrutado mucho".

¿Ya se va haciendo a la idea de que llega el momento de la retirada?
Sí, es algo que cuesta creer, en esta vida todo llega y es una pena tener que dejarlo, pero estoy contento porque me despido en un marco imposible de mejorar, como es una final televisada, contra unos contrarios grandes y en el Ezkurdi de Durango.

Me imagino que querrá poner la guinda del título a su despedida.
Por supuesto, sé que será muy difícil, pero después de las tres Cestas de Oro que tengo, conquistar la cuarta sería lo máximo, sería algo ideal.

¿Qué recuerdos se le pasarán por la cabeza a la hora del partido?
No sé, en 24 años ha habido de todo, momentos buenos, malos, alegrías y tristezas y la verdad es que parece que fue ayer cuando debuté.

¿Sentirá nervios?
Siempre esperas no tenerlos, pero luego llega la hora y siempre los sufres, además el sábado estará la familia, los amigos y lo más importante será ofrecer un partido bonito y mostrar una buena imagen. Por supuesto, que daré todo para ganar, pero lo que quiero es guardar un grato recuerdo de ese día.

Se puede decir que se retira en un buen momento de forma, sin acusar un declive en su rendimiento.
Me quedaba un año más de contrato, pero quería acabar a un buen nivel. El verano de 2005 lo pasé muy mal por la lesión que había sufrido con anterioridad y quería ir mejorando poco a poco para poder rendir en el verano de 2006. Creo que lo he hecho a un nivel aceptable y, aunque hubiera sido bonito cumplir los 25 años como profesional, igual ello me hubiera acarreado más disgustos que alegrías, además contaba con la oferta para seguir en la empresa y me marcho jugando a un buen nivel.

Y a partir del 6 de enero tendrá que afrontar la intendencia de Eusko Basque.
Sí, ya llevo durante el último mes haciendo algo de ese trabajo, se trata de un puesto muy difícil, tendré mucha labor que hacer y espero que entre todos podamos poner a la cesta en el sitio que se merece.

¿Considera que esta modalidad va poco a poco recuperándose tras unos años difíciles?
Sí, el Campeonato del Mundo fue un éxito total y en 2007 las cosas se pueden hacer todavía mejor. Ahora llegarán un par de meses con menos actividad, pero nos pueden servir para trabajar de cara al futuro con el objetivo de que la cesta se acabe de recuperar.

¿Qué recuerdo guardará de su etapa como pelotari de Eusko Basque?
Me quedarán buenos recuerdos, a pesar de que algunos años han sido duros ya que todas las ayudas se volcaban en la mano. Con Aitor he estado muy a gusto, los últimos siete años los he pasado en Euskadi, él me daba libertad para ir a disputar los campeonatos a Estados Unidos y lo cierto es que todo se ha pasado muy rápido. Me acuerdo perfectamente de cuando me llegó el contrato para ir a Bridgeport, y es que cuando estás a gusto haciendo algo todo marcha muy deprisa y eso es lo que me ha pasado a mí, que a pesar de algún momento duro, como el de la huelga, he disfrutado mucho con la cesta y si volviera a nacer, sería de nuevo puntista.

¿Cómo se tomaron en casa su marcha a Estados Unidos siendo aún tan joven?
Yo había ganado el Mundial de 1982 de aficionados, al de tres semanas, con 17 años, debuté en Durango y en octubre del año siguiente, con 18, me fui a América. En casa estaban todos muy felices, porque además iba a Bridgeport, que era uno de los frontones con más categoría y el contrato me lo hizo Ondarrés, que era como mi segundo padre. Estábamos todos contentos, aunque, como es lógico, mis padres tenían la pena de que el chaval de 18 años que tenían en casa se les marchaba a Estados Unidos.

¿Qué tal fue la adaptación a este nuevo país?
Me adapté enseguida, además yo estuve allí seis meses y luego vine para estar aquí otros seis meses con Piedra. Jugaba seis meses quinielas y otros seis meses partidos. 

De este modo no pasaba tanto tiempo alejado de los suyos.
Así es, porque más adelante hubo una época que tenía que quedarme un año seguido en Milford y seguido marchaba a Bridgeport, eso ya era muy duro y encima luego llegó la huelga.

¿La huelga ha sido el momento más triste en su carrera deportiva?
Sí, en efecto.
Aparte de jugar a cesta, usted también ayuda en el restaurante familiar en Etxebarria.
Sí, y cuando me retire seguiré ayudando a los padres, lo llevo haciendo desde que vine de América para quedarme toda la temporada en Euskadi y estos últimos años no he podido dedicarme en exclusiva a la cesta punta como lo hacía antes, pero he contado con una flexibilidad de horarios y siempre he pensado que lo prioritario era la cesta punta.

De hecho, usted siempre ha cuidado mucho la preparación pre y post partido.
Sí, he realizado mucho trabajo físico, estiramientos, masajes y he procurado cuidarme mucho para poder jugar.

¿Quién ha sido el mejor pelotari contra el que ha jugado?
Ha habido muchos, pero uno de los más difíciles de superar ha sido Félix, es como una roca y lo suyo tiene un mérito tremendo, porque siempre ha dado muchas ventajas. Luego, adelante han estado Katxin, Txikito de Bolívar y hoy en día Goikoetxea, al que le suele costar un poco coger el punto cuando viene a Euskadi, pero cuando lo hace, es un puntista que impresiona.

De Félix no se va a poder librar ni en su despedida.
Me hace mucha ilusión que juegue el sábado contra mí, porque hemos sido contrarios y amigos durante muchos años y me alegra que él también esté en mi despedida.

¿Echa de menos alguna txapela más en su carrera profesional?
Los títulos son importantes para los medios de comunicación, pero para mí, contar con el reconocimiento de la empresa todos los años, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, ha sido mi mejor txapela.

Me imagino que cuando vea partidos de cesta, sentirá el gusanillo por no estar dentro de la cancha.
Sí, porque me he retirado disfrutando todavía mucho con la pelota, aunque luego me cueste recuperar físicamente. A partir del sábado tendré la cosita esa de que aún podría estar dentro de la cancha, pero soy consciente de que cada día me cuesta más recuperar y disfrutaré también viendo partidos, que es algo que siempre he hecho.

Tras jugar el sábado, también tendrá la oportunidad de despedirse del público de Estados Unidos.
Sí, es una suerte y es algo que debo a la gestión de Aitor Totorika, gracias a quien voy a poder disputar este año el Torneo Citrus de Orlando y dos funciones de quinielas en Dania.

¿Qué tal lleva su hijo lo de la cesta punta?
Bien, después de superar una lesión muy larga ya está disputando campeonatos y tiene mucha afición, pero lo primero son los estudios y la verdad es que los está llevando muy bien.

¿Qué diría a la gente para que se acercara a ver un encuentro de cesta punta?
Ahora estamos con el proyecto la cesta en frontones cortos y lo que me gustaría sería que los pueblos se animasen a llevar a esta modalidad, no sólo existe la mano y estamos intentando exportar la cesta, ofreciendo cursillos en cada pueblo para que los chavales aprendan y se animen a jugar. Ésta es una especialidad preciosa, vistosa, que se ha llevado a todo el mundo y me gustaría que se recuperase para algunas fiestas, como por ejemplo San Ignacio en Azpeitia y en otros lugares donde se puede practicar también en frontón largo, como Donostia o Andoain.

¿Considera que la cesta ha dado a Euskadi más de lo que ha recibido?
La cesta ha dado mucho, mucho a Euskadi, y me refiero a las instituciones, y ha recibido muy poco, porque hasta aquí han llegado muchas divisas desde todo el mundo y se han creado negocios a partir de esas divisas. Por eso creo que hay que crear una base y ayudar a las empresas que llevan hoy en día la cesta punta.

© Pelota Vasca - Manista. Diseño: iLUNE