Tras conquistar el Cuatro y Medio, arrasa en el comienzo del Parejas
Después de la victoria de Olaizola II ante Barriolaen la «jaula», la empresa bilbaina ha cogido carrerilla
Juan Luis Ibarretxe / Deia
Asegarce ya sonríe de nuevo. Después de una temporada 2003/2004 en la que fue superada completamente con Aspe, que copó las finales del Cuatro y Medio, el Parejas y el Manomanista, las tornas han variado en el arranque de este ejercicio 2004/2005. La situación empezó a cambiar cuando Olaizola II, pese a ser el único representante de la promotora bilbaina en las semifinales de la «jaula», se hacía con la txapela de una manera brillante al doblegar a Barriola, quien también había realizado un gran campeonato. Acto seguido, llegó un paréntesis en el camino plasmado en la victoria de Martínez de Irujo y Goñi III en el Torneo de Navidad, en cuya final, celebrada el día de Año Nuevo, se impusieron a Koka-Zearra. Pero los representantes de Asegarce se han reencontrado con su estrella con motivo de la primera jornada del Parejas disputada entre el miércoles y el domingo pasado. Los cuatro dúos lograron sendos triunfos, en algunos casos contra pronóstico, como sucedió el sábado, cuando Berasaluze y Patxi Ruiz destaparon el tarro de las esencias para superar a Xala y Lasa, campeones de la edición de 2002, pero que no pudieron pasar del cartón doce en el choque celebrado en Las Llanas. Con anterioridad, Aimar Olaizola y Otxandorena se habían deshecho de otra combinación de altura, como es la integrada por Irujo y Goñi III, a quienes vencieron por 19-22 en el que ha sido, por el momento, el enfrentamiento más brillante de la competición.
Con motivo del día de Reyes, la empresa bilbaina vivió el bautizo de una de sus promesas, como es Bengoetxea VI, quien, con un magistral Beloki, ganó de un modo agónico a González y Pascual por 21-22. El broche llegó el domingo, cuando Olaizola I y Zearra hicieron valer su táctica y esquivaron magistralmente a Titín, que tenía como compañero a Elkoro y que cedió por 15-22. No obstante, como indican los propios pelotaris, este Parejas no ha hecho más que empezar y, si se tiene en cuenta que en la primera fase nadie cae eliminado, la estadística de la primera jornada no pasa de ser una mera anécdota.
Mungia, sin festival
En contra de lo que viene siendo habitual en los últimos años, Mungia no acogerá ningún encuentro del Parejas con motivo de la festividad de San Antontxu. En concreto, Aspe llevará sus dos partidos a Donostia y a Eibar. En el primero de los recintos se verán las caras el viernes Titín-Barriola, que estará recuperado para la cita, y González-Pascual, mientras que el domingo en Eibar tendrá lugar el enfrentamiento entre Olaizola I-Zearra y Bengoetxea VI-Beloki. Asegarce programa sus dos festivales el sábado por la tarde. En Íscar (Valladolid) confrontarán Aimar Olaizola, si se recupera de sus molestias en la derecha, y Otxandorena con Berasaluze y Patxi Ruiz, mientras que en el Labrit de Iruñea jugarán Martínez de Irujo-Goñi y Xala-Lasa.
Iñaki Otxandorena
«Igual luego perdemos todos los encuentros»
«El pleno que hemos logrado es más que nada anecdótico. Nadie sale a perder, pero en esta liguilla, al estar todos clasificados, igual unos van a tope y otros no quieren lastimarse las manos. Lo importante es llegar a tope a los cuartos de final y lo mismo que hemos ganado todo ahora, luego igual perdemos todos los encuentros».
Oier Zearra
«El balance hay que hacerlo más adelante»
«Haber ganado estos cuatro partidos no es significativo, lo sería en caso de que estuviéramos en los cuartos de final, pero ahora estamos todos clasificados y esto es muy engañoso. El balance hay que hacerlo más adelante, cuando acabe el campeonato. De todos modos, ganar siempre te da confianza y en el primer encuentro, tanto Asier como yo nos hemos visto bien».
Asier Olaizola
«Esperamos seguir así, pero será muy difícil»
«Esperamos seguir así, será muy difícil, pero pienso que es muy importante empezar con estas victorias, sobre todo para coger confianza. Yo no sabía cómo iba a encontrarme en el partido, pero desde el inicio me sentí cómodo y sabía que Oier iba a andar bien».