Atano III, el gran fenómeno de la pelota

Mariano Juaristi, Atano III, nacido en Azkoitia el 21 de febrero de 1904 murió el pasado 12 de enero de 2001, a punto de cumplir 97 años. Atano III ha sido para algunos el jugador más importante que ha dado el deporte de la pelota vasca. Dominó esta disciplina durante 22 años, hasta que el eibarrés Miguel Gallastegui, le ganó la txapela manomanista en 1948.
Jugó su primer partido con 16 años en el frontón de Azkoitia y pronto su fama traspaso los lindes de la villa de los Caballeritos. Atano III era un pelotari menudo, frágil de pequeñas y delicadas manos. Otros un poco más desalmados le definían como un alfeñique que jugaba con txapela por tener una enfermedad de alopecia.
Se convirtió en el mejor pelotari de su época tras ganar en 1926 a Juan Bautista Azkarate, el coloso Mondragonés -un pelotari dotado de una de las más increíbles pegadas de la historia de la pelota a mano-, con él mantuvo épicos enfrentamientos que hicieron llenar todos los frontones donde concurrían. Los aficionados o pelotaris de la época han coincidido en señalar que Atano III revolucionó la pelota a mano.
Su juego estaba lleno de habilidad y Atano III contaba para ello con unos excepcionales reflejos, buena vista, flexibilidad, mano suelta y buena zurda. Su saque era venenoso "la dejaba muerta en la pared izquierda" o a veces sacaba a la derecha, directamente a la grada. También cuentan que "con el saque libre podría ganar a los tres mejores pelotaris del momento"
Mal de manos permanente
Sin embargo, el astro de Azkoitia arrastró un gran problema: las manos no le respondían y debía tomarse largas temporadas de descanso para recuperarlas. Como consecuencia de ello no se prodigaba mucho en las canchas, se calcula que jugaba unos 12 partidos al año.
Para hacerse una idea de lo que representaba Atano III en el mundo pelotazale baste el dato de lo que ganaban los pelotaris en 1928: un pelotari normalillo cobraba 90 pesetas por partido, Mondragonés percibía 250 pesetas y el gran Atano III tenía un caché de 6.000 pesetas por partido si éste era por parejas y 7.000 si era mano a mano. Ni que decir tiene que las entradas se agotaban semanas antes de celebrarse los encuentros.
Un desafío importante fue el que tuvo lugar en el trinquete de Bayona ante el fenómeno vascofrancés Harambillet, en él Atano III se impuso al rey de la especialidad, con lo que se demostró que las horas pasadas jugando a pelota en el arkupe (pórtico) de Azkoitia hicieron su efecto.
Dada la irregularidad con la que se ponía en juego el título manomanista antes de la guerra, Atano III sólo conquistó cuatro txapelas individuales con carácter oficial. Desde 1926, año en que venció a Mondragonés, no puso su reinado en juego hasta 1940, cuando venció por 22-6 a Francisco Larrañaga "Txikito de Iraeta", por cierto primer partido radiado de la pelota (Radio San Sebastián). Dos años después, dejó en cinco tantos a su hermano Atano VII (donde tuvieron que firmar un pacto donde juraron por Dios que iban a luchar en el partido). Felipe fue la siguiente víctima en 1944 (22-8), mientras que el lekeitiarra Akarregi fue el último derrotado por Atano III en una final manomanista (22-16). Miguel Gallastegi acabó con la supremacía del fenómeno de Azkoitia en 1948 (22-6), contaba por aquel entonces 48 años de edad.

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