Barriola gana a un Titín lesionado

El de Tricio se resintió de su dolor en la rodilla en los primeros tantos Las apuestas se anularon tras el 4-4
JOSEBA LEZETA/Diario Vasco

Abel Barriola encontró más facilidades de las que hubiera soñado al derrotar a un Titín lesionado en la rodilla por 22-8 ayer en el Atano III de Donostia. Con esta victoria, el zaguero de Leitza se cuela en la liguilla de semifinales que comenzará dentro de quince días.

Titín se resintió de su tendinitis rotuliana en la rodilla izquierda en el 4-1, el primer tanto en el que tuvo que pelotear. El de Tricio se había adelantado 3-0 con dos ganchos a resto de saque y un resto de Barriola que se marchó a la contracancha al pretender evitar la entrada de aire del rival. A continuación, Titín cometió una falta de saque por doble pasa que permitió al leitzarra estrenar su casillero.

El primer tanto peloteado fue el 4-1, resuelto a favor de Titín tras una buena defensa culminada con un gancho. Sin embargo, el riojano dio los primeros síntomas de que su rodilla se había resentido. No estaba bien. Tres tantos después, con el cuatro iguales, pidió un descanso y entró en vestuarios, donde le atendió el doctor Txema Urrutia. Éste le infiltró para que pudiera continuar al mismo tiempo que Fernando Vidarte, en aplicación del reglamento de apuestas instaurado por la LEP.M la pasada temporada, decidió anular las apuestas. El partido continuó sin apuestas.

Abel Barriola aprovechó la situación para marcharse en el marcador y poner el partido en franquicia ante un Titín mermado que se defendió a duras penas e intentó sumar tantos a la desesperada cuando tuvo el saque en su poder. Le resultó imposible.

En realidad, Titín no debió jugar este partido. Esta historia se repite con demasiada frecuencia últimamente en la pelota. ¿Qué dirá el pelotazale que pagó sus euros por la entrada de cancha o por una localidad en la grada superior?

Nadie puede poner en duda la profesionalidad de Titín, que incluso con la rodilla izquierda lastimada se entregó a tope, sin guardar nada y luchó por cada pelota. Pero era mejor que se quedara en casa.

Por lo menos, quedó el consuelo de que se anularon las apuestas, una medida acertada que salvaguarda a los apostantes, una de las bases económicas de la mano profesional. Es la primera vez que se aplica un reglamento bienvenido a este deporte.

Facilidades al margen, Barriola confirmó su mejoría, que la pelota sale rápida de su derecha y que va a ser un pelotari muy a tener en cuenta en la liguilla de semifinales. Conservó fría la cabeza, jugó con una seriedad infinita y no se enredó en peloteos extraños.

Este Barriola guarda similitudes con el que ganó la txapela del cuatro y medio en 2001 y alcanzó la final un año después

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