Los interesantes cuartos del manomanista ya se empiezan a vivir en los medios pelotazales. Hoy destacamos las entrevistas a Beloki, Bengoetxea VI y Olaetxea (botillero de Abel Barriola).
«Un campeón lo es para toda la vida» Beloki (Luis Guinea, Diario de Navarra
-¿Dónde está la magia del Manomanista?
-El mano a mano es la pelota en estado puro, es la esencia de este deporte. Dos pelotaris, un frontón y una pelota. Es lo más grande, lo más duro, lo que te da y te quita, donde las vergüenzas te dejan en evidencia y donde realmente disfrutas de la pelota si estás bien.
-¿Es un campeonato cruel?
-En el mano a mano el que no está bien se le ve el plumero enseguida. Y luego se juega una sola vez al año, si pierdes un partido tienes que esperar que pase todo un año para volver a jugar. Por eso hay resultados extremos y cualquier contratiempo se paga.
«Soy un pelotari que va madurando lentamente» Bengoetxea VI (Tino Rey, El Correo)
-Le va costando cogerle el ritmo al profesionalismo, ¿por qué?
-Soy un pelotari de maduración lenta, pero eso es bueno porque otros corren mucho y luego se desfondan.
-Debutó muy joven, con sólo 18 años, y después de proclamarse campeón del Mundo aficionado en mano individual. ¿Es su especialidad preferida?
-Me gusta jugar mano a mano por una sencilla razón, para bien o para mal: tú eres el único responsable de las victorias o derrotas.
"Barriola ha luchado mucho en el camino, nadie le ha regalado nada" Olaetxea (Enrique Echevarren, Diario Vasco)
¿Ha sufrido mucho?
– Eso él lo sabe mejor que nadie. Hay gente que prefiere no exteriorizarlo y se lo guarda todo dentro. Es un golpe muy duro caer a lo más bajo después de haber estado en lo más alto, pero ha sabido darle la vuelta a la situación y eso tiene mucho mérito. Cualquier otro se hubiera quedado hundido.
– En el cuatro y medio se pudo comprobar que Barriola iba a dar mucha guerra.
– Tras operarse de la mano fue poco a poco recuperando la confianza. Llegó el cuatro y medio y vimos al Abel de siempre. Ahora, en el Manomanista, ha llegado la confirmación. Abel ha luchado mucho en el camino, nadie le ha regalado nada.