Los preparadores de Asegarce creen que debe trabajar mucho y está sin hacer físicamente
L. G. / J. H. / Diario de Navarra
Nada más acabar el Mundial de Pamplona, en el que se colgó el oro en mano individual, Asegarce se hizo con Oinatz Bengoetxea. En cuanto lo vieron los servicios médicos y técnicos de la empresa se quedaron asombrados. Tenían ante sí a un chaval de 18 años de 1,77 metros y 68 kilos que todavía estaba físicamente sin hacer para jugar con profesionales. Bengoetxea debutó en octubre de 2002 y en su primer Parejas se ha metido en semifinales, adelantándose dos años a los plazos previstos por la empresa.
Oinatz Bengoetxea lo tiene todo para ser un gran pelotari. Sus piernas están entre las más rápidas del cuadro, tanto como su capacidad para ver la jugada. «Lo mejor de Oinatz es que es listo, que a la primera ve por dónde viene la jugada», explicaba Beloki el pasado jueves en la elección de material. El problema es que el físico de momento no le acompaña, simplemente porque no ha terminado de hacerse. Por eso, aunque quiera, no puede hacer ganchos ni lanzar la pelota con la zurda desde la altura y la rapidez de Titín.
«A mí me ha sorprendido mucho que Oinatz esté donde está en el campeonato. Fisiológicamente es un pelotari que está muy verde porque es muy joven. Tiene que ganar en volumen, en musculatura, terminar de formarse para que dentro de un par de años pueda estar con los delanteros de la empresa sin la necesidad de tener que ponerle un zaguero bueno», comentaba ayer el doctor Íñigo Simón.
Bengoetxea se ha puesto a disposición de Luis Goñi, el preparador físico de Asegarce, que ya ha empezado a construir el buen pelotari de futuro que puede ser el leitzarra. Le ha introducido en las técnicas de preparación y en la metodología de entrenamiento, algo en lo que Bengoetxea estaba muy verde. El trabajo va poco a poco dando sus frutos, y el delantero de Beloki ha ganado prácticamente tres kilos de masa muscular de los ocho que se ha estimado que necesita.
Filosofía de prisas cero
A los técnicos de Asegarce -Retegui, Vergara y Balanza- les ha enganchado la valentía y la actitud del leitzarra, ven en él un futuro buen pelotari pero quieren ir sin ninguna prisa. Quieren que se vaya haciendo físicamente, que gane fuerza.
«Marca muy bien las posturas, es coordinado. Pero necesita un poco más de poder, sobre todo para el gancho. Eso lo dará el tiempo. No somos partidarios de llenarlo de golpe sino de esperar a la propia evolución natural del cuerpo», explica Vergara. «Oinatz es un embrión que para figura grande. No hay muchos ejemplos similares de alguien que a los veinte años esté dónde esté y tenga su personalidad. Me acuerdo de Ogueta, en sus tiempos, o de Patxi Eugui. Pero de pocos delanteros más».
Oinatz ya ha cumplido sobradamente en el Parejas. ¿Debería jugar el Manomanista? Si se quiere ser fiel a la filosofía de dejarle crecer no sería lo mejor.