Los finalistas. Foto Jai Alive
Quizás no fue una gran final en lo que a calidad se refiere, pero seguro que el último partido del Campeonato del Consejo Mundial por parejas será recordado durante tiempo. Por un lado, por la lesión de Félix, que entre lágrimas tuvo que ceder su lugar a Arriola en el 14-15. Y, por otro, por el título cosechado por Mikel Egiguren e Imanol López, que han ganado los cinco partidos de este campeonato y son dignos campeones.
Todas las finales tienen su componente de nervios y en la de Hondarribia no iba a ser de otra forma. En un frontón Jostaldi que vistió sus mejores galas y con ETB en directo, el partido empezó torcido, porque los pelotaris encadenaban más fallos que aciertos. Pero, poco a poco, los cuatro fueron entrando en materia y el duelo empezó a ganar en calidad.
Las ventajas siempre correspondían a los colorados, con una renta máxima de cinto tantos (11-6 y 13-8). Hasta ese momento. Félix había cometido varios errores, pero despertó para lograr el 14-11. Fue uno de los mejores tantos, que pudo haber acabado Egiguren, pero que siguió hasta que Félix pasó una pelota por encima de López. En ese momento, se pasó del 14-10 al 14-15, cuando Egiguren no pudo cazar una pelota a bote pronto.
Para Bereikua-Félix, la felicidad de la primera ventaja se vio contrarrestada con el dolor del abandono. Y es que Félix tenía problemas musculares en una pierna y no pudo seguir, dejando su lugar en la cancha a Arriola.
Era otro partido y los colorados se fueron rápido al 19-15. Pero no todo iba a ser tan fácil. Primero, porque Arriola fue quitándose el miedo y cuajó una gran actuación, habida cuenta de las circunstancias con las que entró en la cancha. Y segundo, porque Bereikua asumió el liderazgo de la pareja y puso en jaque a Egiguren-López. No obstante, la pareja ganadora no se descentró y siguió a lo suyo, con gran seguridad y sumando más tantos que su rival.
El 27-21 mostraba quién dominaba y, aunque los azules se acercaron al 30-26, Egiguren-López no quisieron dejar cabos sueltos y se fueron raudos hacia el cartón 35, que subió Egiguren con un gran remate.