Olaizola II y Barriola, después de sus exhibiciones en el primer choque de semifinales, se perfilan como candidatos a disputar la final de la ‘jaula’
TINO REY/El Correo
El revuelo que han armado Aimar Olaizola y Abel Barriola en la primera jornada de la liguilla de semifinales del Torneo del Cuatro y Medio ha sido ostentoso. Han puesto a sus rivales y a todos aquellos ‘pitonisos’ que afirmaron que «son los enfrentamientos más equilibrados de los últimos años» en las mayores de las evidencias. Ambos navarros se constituyen en los máximos aspirantes a la final.
El ‘becadero’ de Goizueta plasmó de forma rotunda el pasado sábado, en el frontón Labrit de Pamplona, la gran superioridad sobre el campeón de la distancia, Jorge Nagore: 22-8. Desplegando su repertorio eficaz y paciente, y aderezando los tantos con la simpleza de los malabaristas, ofreció todo un tratado pelotístico.
Sólo cometió tres errores y con su mano diestra. Dos pelotazos se le fueron por detrás de la raya del cuatro y medio y otro bajo txapa. Con la zurda ofreció un auténtico recital. Resguardó la pared izquierda con la misma agresividad que una fiera su refugio y la utilizó con la misma maestría que un cirujano el bisturí. Con esta mano abrió en canal las defensas de su rival.
Nagore defraudó
Nagore defraudó. Exhibió su peor versión. Se dedicó únicamente a pelotear, con muy poco criterio, y se fue deprimiendo a la misma velocidad que fueron cayendo los tantos en el casillero del delantero de Asegarce. No logró nada más que un tanto de saque, su mejor propuesta, y llegada la hora de la verdad no supo definir.
En el frontón Astelena de Eibar hubo más de lo mismo. El zaguero de Leitza se puso la faja de matar y despojó con su pegada (22-5) los muchos argumentos que arrastraba durante todo el año por las canchas Yves Xala. Con un material viajero y de fuerte salida rememoró tiempos pasados de gloria y presentó su candidatura a la final.
Sólo hubo un fallo en su haber. Una pelota que tiró al suelo de derecha en medio de la cancha. Su saque, pese a su condición de zaguero, tuvo un efecto devastador en el resto del zurdo de Iparralde. Ocho tantos contabilizó con esta jugada. En el transcurso del peloteo casi siempre llevo la iniciativa y como tiene acostumbrados a sus correligionarios, la izquierda fue su gran seguro de vida.
Se le vio hambriento de pelota y luciendo un físico espléndido. Alcanzó unas pelotas en las tablas de la cancha, donde aseguran los técnicos que «se doblan las canillas», inverosímiles. Corrió mucho y bien y a la hora de apuntillar el tanto lo hizo con su habitual decisión. El dos paredes fue una de sus principales propuestas atacantes a lo largo del encuentro.
Xala no supo lidiar el difícil toro que le tocó en suerte. Fue incapaz de domar la pelota y mostró un manual obsoleto. Siempre estuvo por detrás de Abel Barriola, señal inequívoca de que desempeñó el papel de recadista y cuando tuvo oportunidad para acabar el tanto se arrugó. Lo peor, su resto de saque.
Próxima jornada
La próxima propuesta de la liguilla de semifinales, el viernes noche en el Atano III de San Sebastián, contempla un duelo en la cumbre. Los ganadores de la primera jornada, Olaizola II y Barriola, se jugarán el pase a la final. El ganador tendrá el billete asegurado para la última cita de la ‘jaula’.
El próximo domingo, en sesión de tarde en el frontón costero de Zarautz, colisionan los perdedores de la primera jornada del torneo. Jorge Nagore, que apura sus opciones de defensa del título alcanzado el pasado año, se verá las caras con Yves Xala, que deberá mejorar la imagen ofrecida el pasado fin de semana.