No hay peor derrota que la de quien ya acaricia el triunfo. Uno siente que todo el trabajo se desmorona, se esfuma ante sus ojos cuando el rival alza los brazos victorioso y exultante. Y se marcha a casa con la amargura en el pecho y el paladar, y cuando llega a casa los ojos se resisten a rendirse al sueño reparador. Patxi Ruiz lo sabe bien. Lo ha vivido esta semana después se su derrota ante Irujo en un partido memorable, que lo condena a pelear por el tercer puesto.
«Esa noche me costó dormir, dándole vueltas al partido, a las jugadas. Para las seis de la mañana ya estaba despierto otra vez. Me tuve que levantar. Me puse la tele y así estuve un rato, entre los dibujos animados y el telediario que dan luego. Después, a primera hora de la mañana, cogí a los perros y me marché a dar una vuelta por el Valle de Ollo», explicaba ayer el zaguero de Estella, que ya va superando el dolor por un partido en el que se dejó hasta el alma. «He vivido unos días malísimos, pero ahora ya estoy mejor. Se me va pasando el disgusto y el mal genio».
El escozor perdura y no se alivia repasando el vídeo. Le recuerda que fue «incapaz de hacer un tanto cuando iba ganando por 20-15». «Entre eso y la famosa estorbada… Es que no puedo ver el partido otra vez porque me pongo enfermo», dice en referencia a la dejada que supuso el 18-20 y a la que no pudo llegar por culpa de Irujo, que andaba ahí en medio. «Para mí fue juego sucio. Yo estoy seguro de que llegaba. No sé si luego la habría tirado abajo, arriba o qué habría hecho, pero de que llegaba estoy seguro. Él me vio y se movió», explica.
Ruiz no quiere cargar contra su rival, pero sí pasa factura a los jueces, «que están para eso». El estellés se acuerda ahora de otras ocasiones en las que se ha visto perjudicado por decisiones discutibles. «No es la primera vez: me han señalado dos atxikis y me lo han hecho solo a mí», dice en referencia a un encuentro frente a Imanol Agirre en 2002, en el que consideraron sucia una volea ejecutada en un tanto decisivo. Y hay otro tanto que a Ruiz no se le olvida: el último, el que dio la victoria a Irujo. «Yo sabía que me iba a entrar de aire, estaba segurísimo, porque yo estaba sacando bien y él tenía muchos problemas para restar desde el fondo. Traté de cruzar, pero no acerté…».
la tensión Aquello fue el remate de un partido que permanecerá en el recuerdo. Los dos pelotaris lo vivieron con enorme tensión, con los nervios atenazándoles el estómago y liberando adrenalina a escape. Irujo reconoció haber vomitado justo después de la rueda de prensa. En Patxi Ruiz los nervios, la rabia y la frustración se convirtieron en lágrimas. «Cuando entré en el vestuario me puse a llorar y la verdad es que me quedé mejor, más tranquilo», dice.
Hasta entonces, Ruiz se aplicó una receta de autocontrol que le permitió ofrecer una imagen de pelotari sereno, maduro, asentado. Gobernó el partido y domeñó unos nervios que años atrás seguramente lo hubieran paralizado. «Creo que estuve mejor, que controlé bien este aspecto. Hubo un momento en el que Irujo reclamó atxiki y yo no me inmuté, y tampoco me puse como un loco cuando el juez no quiso dar vuelta por la estorbada. Perdí, pero no me salí del partido».
El estellés cree que, para ganar le faltó «terminar algunos tantos» y le sobraron algunos errores y también rival. Que Irujo, a pesar de lo que diga, hizo un gran partido. «Él puede decir que no jugó nada, pero eso no es así. Entonces, cuando juegue algo ¿qué va a pasar? Nos tendremos que ir todos a casa… Lo que ocurre es que él tiene la referencia de lo que pasó el año pasado, cuando ganó con más comodidad. Pero las pelotas no son las mismas, entonces eran algo más vivas, y se ha medido contra dos pegadores que lo han dominado. Yo creo que le di bastante más que él, pero tiene una defensa terrible».
Pese a todo, Ruiz quiere marcharse del campeonato con una victoria frente a Gonzalez el sábado 4 de junio en el Labrit. «Si sirve para algo el año que viene…», dice con resignación. Para ello se entrenará el lunes y tratará de ofrecer el mismo juego que ha enseñado en partidos anteriores. «Yo me voy contento por el mano a mano que he hecho. Me tocó jugar contra Beloki y ganarle significó dar un paso adelante. Era una línea muy fuerte», dice. Ruiz, que al día siguiente del encuentro recibió la llamada de Retegui felicitándole y dándole ánimos, sabe que tendrá más oportunidades, pero no puede evitar sentir que se le ha escapado un oportunidad . «La gente me dice que aún soy joven, pero los años pasan y hay que aprovechar».
animo patxi majete!!!! jugaste de puta madre y merecias haber ganado a irujo. todos vimos q te estorbó a drede y el juez q se vaya a mirar la vista…
me a llegado al alma lo de que lloraste al entrar al vestuario…pobrecico! ya te hubiera consolado yo…
eres el mejor y estas bueniiiiisimo
ANIMO!!!!
hoye paxi yo soy un manista de aqui de uruguay ,tengo 26 años y hase muy poco que empese con esta diciplina ,solo 4 años y he ganado algunos torneos aunque no hayla misma calidad de juego que hay ahi te puedo desir que te entiendo por que me a pasado ,pero te quiero desir que para mi que estoy muy lejos te sigo desde antes de empesar y quiero que sepas que heres mi idolo y que te admiro por lo que eres ,por ser un deportisya onesto con la jente y con tigo mismo .
un saludo de un admirador ,,,,peto