El de Segura, a punto de cumplir 43 años, se proclamó el pasado sábado campeón del Open de Nafarroa
Juan Luis Ibarretxe / Deia
Alustiza debe poseer el elixir de la eterna juventud. Si no, no se entiende que, a punto de cumplir los 43 años haya logrado la txapela del Open de Nafarroa del Cuatro y Medio, la primera prueba del Circuito de Pelota Profesional.
Estará satisfecho de lo logrado.
Sí, me encuentro muy contento.
¿Esperaba lograr un título de este tipo cuando fichó por Frontis?
No, yo ya había descartado competir, pero la empresa apostó por un campeonato distinto y el esfuerzo ha merecido la pena porque la txapela ha llegado por sorpresa.
Ahora le llamarán el Federer de la pelota, por lo del número uno del ranking.
Je, je, je. Aquí hay muchos pelotaris que juegan muy bien y las diferencias entre uno y otro dentro del Cuatro y Medio son menores que en toda la cancha.
¿Se considera un especialista en esta modalidad?
Se me ha dado bien, incluso en los últimos años de Asegarce, pero me quedo con mi juego por parejas.
¿No le parece curioso que en una competición individual, con la dureza que conlleva, gane el más veterano?
Pues sí, y resulta que en la final el rival se cansó antes que yo. No soy un portento físico y soy consciente de la edad que tengo, pero me preparo para estar a punto y cuando salgo lo hago en condiciones.
¿Le gustaría disputar un desafío con el futuro campeón del Cuatro y Medio de la LEPM?
No, cada uno está muy bien en su sitio y yo estoy a un nivel más bajo que el de Aimar o Barriola. De todos modos, lo ideal sería que se disputase un único campeonato para que los más humildes tuvieran la oportunidad de competir. Pienso que este camino es el que quiere iniciar Frontis.
¿Disfruta más que antes en la cancha?
Yo siempre he disfrutado, aunque no es lo mismo que cuando estabas arriba. Entonces, la tensión era muy grande y los palos terribles, ahora, lo importante es que el cuerpo y las manos me aguantan y por eso estoy disfrutando muchísimo.
Los cuatro que han llegado a las semifinales de este Open son veteranos, ¿qué sucede con los jóvenes?
Los veteranos estamos ahí para intentar que no nos desbanquen. Lo ideal y necesario es que los jóvenes cojan el relevo, pero para ello deben superarnos en la cancha.
Con este triunfo, la empresa estará obligada a renovarle.
Me queda otro año de contrato, pero tampoco me marco metas. Si aguanto un año más, pues bien, pero pienso en el día a día.
¿Su familia no le dice que a ver cuándo se cansa de la pelota?
No, y además ellos son mis mayores seguidores. Mi madre, Juana Gereñu, aún me va a ver jugar, el sábado fue al Labrit y todos están encantados de que yo siga en activo.
¿Y su ama también le critica cuando lo hace mal?
Sí, me pregunta a ver qué me ha pasado, pero siempre en el buen sentido y la verdad es que me apoya mucho.