El bicampeón manomanista ha vivido un vía crucis a raíz de una caída en el monte que le destrozó la cara. Por fortuna, vive para contarlo
JOSEBA LEZETA./Diario Vasco
El domingo se cumplen cinco meses del grave accidente que sufrió Ladis Galarza al caer al interior de una sima y fracturarse todos los huesos de la cara. Fue una caída de diez metros como mínimo. Afirma que desde entonces «veo la vida de otra manera, con mayor tranquilidad». Los médicos le han asegurado que no le quedará ninguna secuela y él ya ha recuperado la normalidad. Hasta ha participado en alguna batida de jabalíes.
-¿Qué le sucedió el 19 de julio?
-Me dijeron que el viento había derribado un haya y fui al monte con mis dos hijos con la intención de traer leña a casa. Como he hecho durante toda mi vida, desde que era un chaval. Cogimos el tractor de mi hermano. Até el tronco, que estaba en la parte alta de una sima, empecé a moverlo y al parecer resbalé. No recuerdo cómo me caí al interior de la sima. Mi hijo me dice que caí a cuatro patas. No perdí el conocimiento en ningún momento y desde el agujero le dije a mi hijo mayor que fuera a casa en busca de sus tíos. Estábamos en el interior del bosque, a bastantes metros de la carretera. Mientras tanto, salí por mi propio pie, a gatas, de la sima. Ayudado por mi hijo pequeño me dirigí hacia la carretera. Antes de llegar aparecieron mis hermanos. Me cogieron y me llevaron a urgencias.
-¿Cómo reaccionó su hijo pequeño?
-Cuando salí de la sima, mi hijo de ocho años me vio con la cara ensangrentada y me preguntó si me iba a morir. Son detalles que no me agrada recordar. Todavía sufro. Después, los chavales no me han comentado nada sobre el accidente.
-¿Cuánto tiempo permaneció ingresado?
-Quince días, cuatro de ellos en la UCI. Me dijeron que estuviera una semana más ingresado, pero yo quería regresar a casa a toda costa. Sufrí doce fracturas en la cara y una limpia en la rodilla izquierda, en la rótula. Pese al golpe que me di, por suerte no sufrí ninguna lesión en el cráneo.
-¿Cuántos puntos de sutura le dieron?
-No sé. Casi todos son por dentro. Por fuera me dieron varios en el ojo y en la barbilla.
-¿A cuántas intervenciones quirúrgicas se ha sometido?
-Me han hecho sólo una, de ocho horas y media, para reconstruirme los huesos de la cara. También me pusieron dos tornillos en la rótula. No me van a hacer ninguna más.
-¿Cuándo volvió a comer con cierta normalidad?
-No pude comer nada sólido durante mes y medio. Toda mi comida era a base de purés. Tenía la mandíbula rota en varios sitios. Perdí ocho kilos durante mi convalecencia.
-¿Le apetecía comer algo en especial, una chuleta?
-Nada. Sólo quería comer.
-¿Perdió el habla?
-No, he hablado en todo momento. Al principio lo hacía con dificultad porque apenas podía abrir la boca. No he tenido que someterme a ningún tipo de rehabilitación.
-¿Qué pasaba por su cabeza?
-Ahora veo la vida de otra manera. Me tomo todo con más tranquilidad. Mientras estaba ingresado coincidió que vi por la tele un festival de pelota de Cenicero. Sentí algo especial. No era envidia por jugar a pelota porque yo nunca he sentido eso después de retirarme, pero sí sentía ganas de asistir como espectador. Me prometí a mí mismo que el año que viene estaré en el frontón de Cenicero con mi familia.
-¿Fue otra vez en busca del haya?
-Sí, a los veinte días de regresar a casa. No podía dejarla allí. En cuanto me sentí en condiciones, subí al monte. La saqué y está preparada al lado del camino. Pero es verdad que no me gusta acercarme a la sima donde me caí.
-¿Está completamente restablecido?
-Sí, hago una vida completamente normal, con mi familia, con mis amigos, en el restaurante que tengo en Baraibar. Ahora estamos en época de caza de jabalíes y ya he participado en alguna batida.
-¿Recibió muchas llamadas durante su convalecencia?
-Sí. Me llamó, por ejemplo, Miguel Indurain para interesarse. He cazado con él más de una vez.
-¿Sigue jugando a golf?
-No, lo he abandonado un poco. Hace tiempo que no voy.
-¿Va al frontón?
-Eso sí que no lo he dejado. Me encanta ir al frontón. También le gusta mucho a mi mujer, sobre todo si son partidos de campeonato. Por cierto, veo la pelota mejor que nunca.
-Pues los empresarios se quejan de que va poco público.
-Pero tú sabes la cantidad de gente que ve pelota por televisión.
-¿Y el espectáculo?
-La pelota tiene sus fases. He conocido etapas con muchas figuras de primera y otras, como la actual, con menos. Pero cada vez se juega mejor a pelota. Las figuras actuales juegan cada vez mejor a pelota. Todo avanza, evoluciona, y la pelota también. El que juega ahora a pelota, juega un montón. Ha habido etapas con mayor número de figuras, pero no con más calidad que las de ahora.
-¿Juegan a pelota sus hijos?
-Sí, los dos. Ladis tiene 14 años y estudia en Leitza. Ha sido campeón navarro infantil. Yo le veo maneras. Lenitz, de 8 años, destaca por su nervio. Le suelta a la derecha. Aún no tiene zurda.
«No basta coger el chándal y estar una hora con el monitor»
-¿Qué opina de que Gipuzkoa pueda quedarse sin ningún pelotari en el Parejas?
-Unanue puede aún jugar tranquilamente el Campeonato. Es un delantero que aprovecha el dominio de su zaguero. No hay una explicación clara para lo que sucede en Gipuzkoa, para que no salgan más pelotaris. Los frontones comerciales están en Gipuzkoa, la afición más fuerte está en Gipuzkoa, hay muchos chavales y muchas escuelas, pero faltan pelotaris de primera fila. Puede ser una coincidencia. Yo pienso que Gipuzkoa se recuperará.
-¿Se cometen errores?
-Los frontones deben estar abiertos todo el día. No puede suceder que un chaval vaya a jugar a pelota y se encuentre con la puerta del frontón cerrada. La actividad del frontón no puede limitarse a las cuadrillas que van a jugar a paleta una o dos veces a la semana. Además, yo tengo claro que no es suficiente con el entrenamiento o los dos entrenamientos semanales del club. Hay que jugar a pelota todos los días. El chaval tiene que estar en el frontón. El trabajo con el monitor puede valer para corregir alguna postura, pero en este deporte se aprende a base de horas. No basta coger el chándal y las zapatillas y estar una hora con el monitor. Si sólo haces eso, está claro que no vas a jugar a pelota.
-¿Ha cambiado la mentalidad?
-Nuestra familia era de ganaderos y para mí ir al frontón suponía escaparme del trabajo. Ahora no sucede eso.
«Veo a Aimar más fuerte, pero no tan seguro como antes»
-¿Qué le ha parecido el Campeonato del Cuatro y Medio?
-He visto todos los partidos que he podido. Sigo la competición como si la estuviera jugando. Lo más sorprendente, lo más reseñable, ha sido la eliminación de Martínez de Irujo. Los resultados abultados siempre han existido, tanto en el Cuatro y Medio como en el Manomanista.
-¿Quién ganará la final?
-Aimar es el favorito para mí y para casi todo el mundo. Ha hecho exhibiciones durante el campeonato y ya ganó a Barriola en la liguilla. Ahora bien, la final es a un partido y puede cambiar. Pienso que el material tendrá su influencia. El suelo del Ogueta es más rápido. Barriola tiene mayor desgaste físico que Olaizola II por su forma de jugar. Coge carrerilla para cada pelotazo. Aimar ahorra más por su forma de jugar.
-¿Está Aimar como hace dos años?
-Veo a Aimar más fuerte físicamente que hace dos años, pero no tan seguro. No tiene la seguridad de entonces. Comete errores que no hacía antes. Sin embargo, mueve la pelota con mayor violencia.
-¿Por qué hay ahora menos zagueros en el cuatro y medio?
-Yo disputé muchos partidos de campeonato y amistosos en el cuatro y medio. También ahora hay zagueros que pueden estar arriba en esta distancia.
-¿Existe crisis de zagueros?
-Quizá sea coincidencia que últimamente no hayan salido zagueros de primerísimo nivel, pero pueden surgir en cualquier momento. No creo que haya crisis de zagueros. Entre los aficionados jóvenes me gusta el navarro Xabier Arraztoa. El vizcaíno Iza juega muy bien. Entre los profesionales que han debutado recientemente, Zubieta va a jugar a pelota. Le pega fácil.