El pelotari navarro, que se estrenará el sábado con Asegarce, admite estar «con demasiadas ganas»
J. L. I. / Deia
Ya está más cerca la hora de la verdad para Iñigo Díaz. Y es que después de haber ganado prácticamente todo en el campo aficionado, incluido el GRAVN de 2004, se dispone a dar el salto al profesionalismo de la mano de Asegarce. En concreto, el navarro jugará el sábado en el Labrit de Iruñea (16.30 horas), con Errasti como zaguero, ante Berasaluze y Pinedo. El propio Díaz reconoce que se encuentra «con demasiadas ganas de debutar. Para empezar me han programado un partido muy bueno y a ver qué tal salen las cosas». Lo que parece tener claro Iñigo es que el día de su estreno puede acusar la tensión en la cancha. «Iker Arretxe estuvo muy tranquilo en su debut, pero yo soy justo todo lo contrario, soy muy nervioso. Además, mañana acabamos los exámenes de la universidad, muchos amigos de clase irán a verme y luego nos juntaremos todos a cenar, por lo que intentaré agradarles con mi juego», subraya. Ahora, tras dejar atrás su etapa de aficionado, Díaz destaca que en su mente quedarán guardados «los buenos momentos del año 2003/2004, que fue muy bueno para mí; todo lo que he viajado y la amistad de mucha gente, que se ha portado de maravilla conmigo durante todo este tiempo». Uno de esos amigos es Okiñena, con quien ha formado pareja en multitud de ocasiones y que «ya me ha dicho que si disputo algún Cuatro y Medio, quiere ser mi botillero».