Duelen las derrotas de un pelotari riojano, en este caso de Titín, pero hay que aceptarlas cuando, como en el partido de ayer, el que se jugó en el Astelena eibarrés correspondiente al primero de la liguilla de octavos de final del Campeonato de Parejas, estuvo justificada. Fueron mejores los rivales. Olaizola I y Zearra. Y no porque el caracolero estuviera asistido en la zaga por el suplente del titular Barriola, ya que Elkoro estuvo hecho un coloso devolviendo una y otra vez los continuos pelotazos que le lanzaban los rivales, ayudados por un material que el frontis escupía velozmente por encima de la cabeza del caracolero, en gran parte de la pelea de espectador.
EDUARDO GÓMEZ/La Rioja
Elkoro se ganó la ovación de la tarde en una alcanzada en el ancho que había desbordado a Titín. Fue como un reconocimiento a todo lo que venía haciendo el guipuzcoano, que saltó al Astelena como un suplente y salió como podía haberlo hecho el titular. El de ayer no fue precisamente el partido que acostumbra a hacer Titín cuando tiene que superar adversidades. Estuvo en muchas ocasiones pasivo, como afectado por alguna contrariedad. Acaso como resignado de antemano a una derrota cuyas consecuencias son, ciertamente, mínimas.
Tal vez al contemplar cómo se le iban varios tantos que debieron caer a su bando al írsele la pelota unos milímetros a la tarima de la contracancha. El caso es que, sumados todos esos factores, por mucho que pudiera hacer Elkoro desde la lejanía a la que le condenaban los rivales -desde donde sólo podía dedicarse a defenderque no a apuntarse los tantos-, el balance no podía ser otro que la derrota. Una derrota que aún pudo ser mayor de no haberse sacudido la modorra al final el caracolero, cuando estaban en un sonrojante 19-11. La pareja de Asegarce, siguiendo la táctica insistente de atacar a la zaga, se apunta así la cuarta victoria en esta primera jornada del Campeonato. De cuatro, cuatro.