Miguel Mari Urrutia, de 2 años, es la savia nueva de la final de mañana Zeberio define al de Saldias como «un caballo grande y fuerte»
JOSEBA LEZETA/Diario Vasco
Miguel Mari Urrutia es el principal soplo de aire fresco que ha traído la presente edición del Torneo Faustino-Campeonato de Parejas de remonte. El chaval de Saldias disputará la final de la competición mañana en Galarreta. Le acompañará Patxi Zeberio frente a Garikoitz Altuna y Jokin Etxabe. Ayer eligieron el material para el partido.
Hace tiempo que no surge en el remonte un zaguero de primera. Eizagirre tiene 38 años; Iriarte, 34; Etxabe y Lizaso, 31. Auzmendi, actualmente lesionado, también supera con holgura los 30. Detrás de ellos se abre un pequeño abismo hasta encontrar a Urrutia, quien apuntaba maneras y estos dos últimos meses ha recibido un espaldarazo gracias a su juego.
El chaval de Saldias tiene 21 años y llegó al remonte, como tantos otros, procedente de la mano. Pertenecía al club Txaruta: «Empecé con seis años y jugué a mano hasta los quince o dieciséis. En el club coincidí con pelotaris que ahora son profesionales como Baleztena y Eskudero, que es mi primo. En Saldias hay otro pelotari aficionado, Mitxeo, pero es algo mayor que yo. Tiene 24 años. Yo jugaba de delantero. Me gustaba entrar de aire. También ahora, cuando juego a mano con mis amigos, me sitúo como delantero». Saldias ya tuvo un manista profesional del mismo apellido que Miguel Mari, Juanjo Urrutia, fallecido en accidente de circulación. «Era primo de mi padre», apunta el remontista. «Fue entrenador de mano en Txaruta».
Miguel Mari cambió de especialidad y de posición: «Me aburrí de la mano. Olazar y Uterga eran mis compañeros de clase. Les vi en Doneztebe entrenarse con Lizaso. Probé el remonte y me gustó. Empecé en la escuela de remonte con diecisiete años».
Debutó con 20 años
Urrutia debutó como profesional a punto de cumplir 20 años, el 1 de marzo de 2003, en el Euskal de Huarte. Aún no ha cumplido, por lo tanto, dos años en la máxima categoría. Mide 1,82 metros de estatura y pesa 95 kilos. Está todavía por pulir físicamente.
Zeberio le definió ayer como «un caballo grande y fuerte. Será un pelotari grande porque tiene margen de mejora. El desempate de la semifinal lo sacó adelante él. Si no es por Urrutia, estaríamos ya en casa».
Jokin Etxabe, su rival mañana, señaló que «no me ha sorprendido Urrutia en este campeonato porque ya se veía que posee un gran futuro».
El saque es el principal arma de Miguel Mari Urrutia. Cuando dispone de pelota fuerte para hacer daño y acierta, su promedio de tantos de saque se sitúa entre seis y ocho, una cifra importante. En el desempate de la semifinal logró nueve, cuatro de ellos en los cinco últimos tantos del encuentro. «Mi postura para el saque es natural, no se la he copiado a nadie», señala Urrutia, quien estos días ha estado «en cama con 38 y 39 de fiebre. Ahora sigo con algo de catarro, pero estoy bien».