Delante, doble a sencillo

Irujo marcó las diferencias en una final de mucho ritmo que no se rompió hasta la segunda mitad

Karmelo Anabitarte  / El Mundo Deportivo

Juan Martínez de Irujo y Fernando Goñi se proclamaron campeones por parejas al derrotar con justicia a Oinatz Bengoetxea y Rubén Beloki en la esperada final disputada ayer por la tarde en el abarrotado Atano III de Donostia (22–12). La diferencia estuvo en los cuadros alegres en un partido que estuvo abierto hasta el 12–10. a partir de ahí, sin embargo, Irujo fue bastante más que un Oinatz batallador que no tuvo el acierto ni la fortuna necesaria para terminar el tanto y mantener a su pareja en la pomada.

La diferencia en la delantera fue, si se me permite la expresión, de doble a sencillo entre un Irujo más dosificado que otras veces pero igual de letal que siempre y un Bengoetxea que empezó batallador, muy enchufado, pero que terminó hincando la rodilla ante la superioridad y el ritmo impuesto por el campeón manomanista. Irujo se apuntó seis tantos en jugada y otros cinco de saque por cuatro errores mientras que Oinatz sólo sumó tres tantos de jugada y cometió ocho regalos.

Hasta el 12–10, sin embargo, Oinatz y Beloki consiguieron limar diferencias y plantearon dura batalla. El zaguero burladés hizo daño con la derecha y consiguió quitarle el aire a un Irujo que se vio obligado a salir hasta el cinco y el seis y erró los tres primeros ganchos que intentó. Oinatz, que estrenó el casillero de su pareja en una pelota que se quitó de encima en el 0–1, no se arrugó y jugó envalentonado desde el primer tanto, aunque se limitó a contrarrestar a Irujo y a amagar para que Beloki armase la derecha y pusiese la pelota en las inmediaciones del rebote.

Con lo que no contaban, o sí, era con que Goñi iba a devolverlo todo al verde, incluso varias pelotas que el zaguero de Zubiri tuvo que sacar desde el profunda sima que se forma donde la pared izquierda se junta con el rebote. Sólido como una roca, Goñi mantuvo a la pareja de Aspe en el partido cuando Oinatz y Beloki quisieron romper atrás. Su actuación es tan meritoria como la de Irujo, aunque las flores sean para el de Ibero. Desde luego, su tercera txapela en otras tantas finales no hacen sino corroborar que estamos ante un zaguero de enormes garantías. Ayer volvió a fallar sólo dos pelotas.

Al fin, por delante

Tras los empates a 5, 6 y 7, Irujo y Goñi consiguieron adelantarse por primera vez en el marcador con el primero de los cinco tantos de saque del de Ibero, que poco antes se había apuntado su primer remate ganador en una cortada por la pared y un gancho que cogió a contrapie a Bengoetxea. Del 8–7 al 10–7 con dos remates fallidos del leitzarra y tras el primer regalo de Goñi, al 11–8 con un pelotazo soberbio de Irujo.

El 11–9 fue el mejor tanto del partido. Ritmo, remates alternativas, tanto largo y peloteado, endiabladamente enredado, para que Beloki soltase finalmente un derechazo atómico que se fue directo al rebote. Parecía que sólo así era superable Goñi.

Acto seguido, Oinatz perdió una pelota en defensa y a pesar del nuevo pelotazo ganador de Beloki, Irujo recuperó el saque al combinar dosparedes y cortada. Un nuevo saque al que Oinatz entraba de sotamano sin acierto, un gancho fuera por poco del leitzarra, otro fue-

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