Nivel extraordinario y exhibición de Suzzane y Maldonado en una final digna de un mundial.
La cuarta edición del Master de Paleta Argentina disputada el sábado en el trinquete del Estadio durante el pasado sábado –de nueve de la mañana hasta pasadas las nueve de la noche- se recordará por el nivel sobresaliente a lo largo de un torneo que exigió el máximo de todos los participantes.
La pareja Suzzane-Maldonado aparecía como favorita y pudo refrendar la candidatura venciendo en la final masculina, en el último partido de la jornada, a Monserrat y Pablos, medallistas de bronce en el mundial de 2018 de Barcelona, una de las parejas más fuertes y complementadas del panorama internacional. Pero enfrente estaban el ocho veces subcampeón de la copa del mundo, el delantero francés Suzzane, pura habilidad, gran defensor, con una zurda capaz de golpes imposibles y el mejor definidor de la cita y el hombre del torneo, el argentino afincado en Burdeos Maldonado. Jovencísimo, habitual de las ligas grandes del país sudamericano, siempre bien colocado y capaz de elegir el tempo, ritmo y golpe más adecuado para cada momento.
Ganaron éstos por 15-14 y 15-11 “en el mejor partido que yo haya visto jugar a los míos”, dijeron sus familiares tras la final. Ni en el pasado mundial “lo hicimos tan bien”, manifestaron tras caer. Pagaron el esfuerzo que debieron realizar en los cuatro partidos disputados antes para hacerse con la plaza en la final. Incluso Monserrat estuvo a un paso de la retirada, cuando una contractura en el muslo le avisó de que andaba ya al límite.
Los campeones apenas sufrieron durante el torneo. En semifinales derrotaron a los locales Bombin y Begiristain, de más a menos a lo largo del día, con grandes partidos por la mañana y con más dudas por la tarde.
En chicas, Aizkoa Iturrino y Sylvie Halsquet, francesas, con éxitos a nivel mundial en sus herramientas, campeonas del mundo, de Francia, de Europa, jugaban la final ante Ane Ibáñez, bronce en la última Copa del Mundo junto a Nagore Martín y la navarra Maite Ruiz de Larramendi, una veterana pura raza, una institución de la pelota internacional, con más de 5 metales de primer color en los mundiales en ésta modalidad y en pared izquierda. Maite, de 46 años jugó a gran altura, se defendió mejor de lo esperado, y peleó de tú a tú con su rival en la zaga, la jugadora de 38 años Halsouet. En la final, las francesas se impusieron por 15-9, 11-15 y 10-8 en el definitivo tercer set. Iturrino tomó las riendas del choque, por decisión y necesidad, haciendo difícil que Ibáñez, genial por la mañana, cuando la victoria se decantó de su lado en los preliminares. Ane no pudo entrar tanto ni se mostró tan decidida… pero la pelota le volaba por encima buscando siempre el punto flaco de la resistencia de Larramendi, que respondió bien y hasta que no pudo más.
La jornada resultó épica. En las dos finales. Se vieron partidos largos, de calidad y mucha pelea. Luego decidió la calidad de los mejores, protagonistas de tantos de pura magia. Destacar la resultencia de Monserrat y Pablos y el arte de Suzzane y el saber estar del pelotari más encanchado… el argentino Maldonado. También el papel de los nuestros, de Bombín-Begiristain y las chicas Ane Ibáñez, Isasmendi y Laura Sáez Arzamendi, superiores a las sub 22 Espinal y Ardanaz.