Irujo todavía tiene el meñique inflamado y Ruiz teme resentirse de su derecha en el partido
L. GUINEA / Diario de Navarra
El Atano III donostiarra tenía ayer el run-run previo de los grandes partidos, pero con una interferencia. El estado de las manos de los dos protagonistas. El vigente campeón, Juan Martínez de Irujo, tiene el meñique izquierdo inflamado; Patxi Ruiz no se fía de que el mal de manos que le afecta a la derecha no vuelva a reproducirse tal y como sucedió en su encuentro contra Eugui.
Las herramientas de los pelotaris son sus manos. Si no están en condiciones, surgen las dudas. Si no hay confianza, falta juego. Si no hay juego… adiós partido. Ayer la zurda de Juan Martínez de Irujo estaba desnuda, sin trapos, en el Atano III. Su meñique, con la malformación de todo delantero, tenía prácticamente el mismo tamaño que el pulgar. El hinchazón quizá era lo de menos. Irujo siente dolor cuando golpea la pelota.
«El dedo me duele, cada vez va mejor, pero le hace falta mucho tiempo para recuperarse», explicaba el de Ibero. «En el primer partido salí muy nervioso, en éste iré más tranquilo, pero con el miedo del dedo. Tendré que salir a jugar sin miedo y a darle todo lo que se pueda».
Patxi Ruiz convive desde mediados de abril con un mal de manos rebelde en la base del anular derecho. Las decenas de viajes que ha hecho a Vitoria para cumplir con el protocolo de recuperación van dando resultado, pero el punto doloroso no desaparece. «Le he soltado a la pelota con menos precaución, pero no está al cien por cien y tengo miedo de que se me pueda volver a estropear como con Eugui», explicaba el estellés. «Sé contra Irujo me espera un partido duro, que deberé entrar mucho de aire y voy a tener que sufrir mucho».
Material similar y el saque
La elección en el Atano no tuvo problemas porque los protagonistas buscaron pelota muy similar. Irujo separó dos de cuero vuelto de 103,9 y 104,9 gramos, mientras que el estellés se hizo con dos pelotas de 105,4 y 104,9 gramos, las dos normales.
Vistas las lesiones, y el material, quedan las estrategias. Los dos tienen intuiciones, pero hasta que empiece el partido no tomarán una actitud u otra. Patxi Ruiz, que está con un golpe terrible, en el mejor momento de temple de su carrera y la moral por las nubes, sabe que se enfrenta a un Irujo de recursos interminables. «Es un partido para estar muy atento porque Juan hace todo muy rápido», explica.
¿E Irujo? Su quebradero de cabeza no está en cómo terminar, sino en empezar. Contra Olaizola I pasó apuros en el resto de saque hasta que se lanzó a entrar de aire. Contra Ruiz, que a Eugui le hizo 10 saques, será un escollo. «El problema es que al ir a restar el brazo se echa para atrás. Duele», dice el campeón dubitativo.