Dos jabatos hasta el final
Olaizola II y Otxandorena vencen en el San Fermín
|El zaguero, la revelación del campeonato

Pablo Almárcegui / La Estafeta de Navarra
Quien quiera superar con éxito total la dura prueba de los Sanfermines –ardua tarea– debe completar un exigente ejercicio de entrega, constancia y dedicación. Algo así debieron pensar Aimar Olaizola y, sobre todo, Iñaki Otxandorena, una pareja que no era favorita y que, sin embargo, se impuso con justicia en la primera gran feria del verano pelotazale, el Torneo de San Fermín. El extraordinario trabajo en la zaga de Iñaki Otxandorena, el jabato Otxando, fue clave.

El pelotari de Oronoz-Mugaire salió indemne de la refriega de derechazos de Olaizola I-Beloki en las semifinales. Y el martes por la noche, se encomendó de nuevo al duro trabajo para evitar el vendaval ofensivo del francés Sebastien Gonzalez en los cuadros delanteros y superar en la brega a un currela de la zaga como Lasa III, que terminó agotado ante el ritmo trepidante de los de rojo.

Tras un primer tanto de Gonzalez, después de un gran gancho de zurda, el delantero de Goizueta comenzó a aprovechar el dominio de Otxando para enredar con su juego de aire: paraditas al txoko, ganchos de zurda y amagos para el derechazo del zaguero, ante el ir y venir de Lasa por toda la cancha y la impotencia de Gonzalez, que se multiplicó para aliviar la carga de su compañero. Y mientras, Aimar Olaizola se sintió un privilegiado: sólo tenía que hacer lo que mejor sabe, dar la puntilla.

No obstante, tras el 4-1, la pareja azul aprovechó sus reservas, aún intactas, para empatar 5-5, después de un tramo en el que Gonzalez rozó la perfección. El de Lapurdi, el tapado del torneo, al que entró en lugar del lesionado Martínez de Irujo, enseñó algunas de los argumentos que le llevaron a vencer a Titín III en semifinales: sotamanos imprevisibles en busca de la zaga y ganchos formidables. Su juego embarullado de trinquetista exigió una exhibición de Otxando en el 5-4. El zaguero alcanzó en la primera fila de butacas un gancho muy cruzado, y acto seguido corrió para llevar una pelota desde el 7, mientras Olaizola II cubría el txoko.

El partido estaba entonces equilibrado, pero irrumpió Aimar, que correspondió al esfuerzo de su compañero para enlazar cinco tantos: un txoko, una cortada y tres ganchos de zurda para instalar un 10-5 en el marcador. Después sumó tres errores consecutivos, pero el partido ya estaba roto. Y eso, a pesar de los destellos puntuales de Gonzalez, como un golpe extraordinario en el 10-7: zurdazo muy gozado hacia la izquierda, a mitad de cancha, a tierra de nadie.

El dominio de ‘Otxando’. Aimar y Otxando abrieron brecha cargando el juego a la zaga; endurecieron los tantos, y sumaron un parcial de 8-1 (hasta el 18-10). Lasa III cedió terreno ante un Otxando incansable, y Olaizola sumó cinco tantos más en su haber, dos de ellos de saque. El pelotari de Etxarri acusó la paliza de dos días antes, cuando superó la exigente prueba de eliminar a los campeones del parejas (Titín III-Goñi III).

Gonzalez se despidió con una reacción de cuatro tantos, hasta el 18-14, con una gran dejadita de derecha al ancho y un buen txoko al que su omnipresente zaguero no llegó por muy poco. Sin embargo, en el tanto siguiente, Otxando llevó a buena desde el rebote un formidable pelotazo de Lasa III. Y después, dos fallos de los azules y un tanto de Aimar tras levantar un gran gancho de Gonzalez certificaron un triunfo inapelable en la feria, el de los dos jabatos.

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