Aimar Olaizola entrenó ayer en el Atano III de Donostia, escenario de la final del 17 de junio. Le acompañó en la sesión preparatoria su hermano Asier. Los dos pelotaris de Goizueta asemejaron el juego que les puede deparar en la final con un Abel Barriola pletórico y con una fuerte pegada.
Por cierto, en la localidad natal del zaguero de Aspe, Leitza, no se habla de otra cosa que la final y en la que esperan que su paisano les lleve la txapela.