El día del wolframio y del cachorro Cape

Prensa2010-02-14
Comensales en La Becada 

Ayer domingo vivimos una intensa jornada en ambas orillas del Ebro en la capital riojana. En la margen izquierda la brisa helada de la Sierra Cantabria nos acompañó hasta el Adarraga donde nos emocionamos con la despedida de Miguel Capellán de la élite de la pelota profesional. El ambiente del frontón riojano era el de las tardes especiales, con un público entregado a uno de sus ídolos que levantó la pelota por esos lares hace una veintena de años.

Antes en la margen derecha, bajo las patas del caballo blanco de Santiago sito en el friso de la iglesia del mismo nombre, nos juntamos a comer en la sociedad La Becada unos cuantos periodistas que cubrimos la actividad pelotazale. Parece que era costumbre en las crónicas de antaño sobre los partidos de pelota que los plumillas incrustarán comentarios gastronómicos que aderezaban la descripción de los tantos. Ahora ese periodismo gonzo ha pasado a mejor vida y el lector se ha acostumbrado a crónicas con influencias estadísticas de la NBA. Pues bien, en homenaje a los maestros de la narración pelotazale sirvan estas letras.

Prensa 22010-02-14
En primer plano los cocineros 

Los compañeros de la prensa riojana, asaeteados desde Pamplona, tuvieron la excelente idea de que en el día en que un gran pelotari como Miguel Capellán dijera su adiós en el Adarraga nos juntáramos a comer gente de la canalla pelotazale para ir con buen ánimo al frontón. La sociedad La Becada de Logroño fue el lugar escogido y el decano Eduardo Gómez, el anfitrión. La Becada se halla en una casona del siglo XVIII que fue la vivienda de los famosos hermanos D'Elhuyar (Juan José y Fausto), los primeros que en 1783 aislaron el wolframio (W) o tugsteno, un metal vital para el siglo XX, durante la Segunda Guerra Mundial (narrado su contrabando en la novela "El año del Wolfram" de Guerra Garrido) y en la actualidad, por ejemplo, Estados Unidos lo considera vital y estratégico "lo utilizó la NASA para ir a la Luna" nos instruyó Eduardo Gómez en la visita guiada que nos dio por el edificio. Así que estos hermanos logroñeses lo aislaron en Bergara en la sede de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y pasaron a la posteridad científica.

Tras el apunte cultural, y de ver por primera vez una tabla periódica de los elementos en una sociedad gastronómica, bajamos a lo que fue la antigua bodega de los Delhuyar y allí dimos cuenta de una sopa de cocido que nos entonó el cuerpo, unas soberbias pochas en un punto de ternura que para si quisieran grandes restaurantes, una carne con un tomate casero que aupó a excelsas a las orejas y las costillas del cuto; de postre unas fresas en su jugo y todo ello regado con espléndidos tintos de Cuzcurrita de Río Tirón y Fuenmayor. Los artífices de que cruzáramos la pasarela del Ebro bien comidos fueron los amigos de Eduardo. Mile grazie.

Ya en el Adarraga la emoción afloró en el último saque de Capellán y se derramó en los minutos siguientes. Tras el partido vino el homenaje al de Hervías. Abrazos, lágrimas, regalos, placas, cuadros… y el cachorro espagneul bretón "Cape" que fue la aparición estelar del día junto a Pedro Almodóvar en los Goya. Alguno todavía está de muestra. Ah sí, el último partido lo ganó Capellán junto a Eulate por 22-13 a Apezetxea-Goñi III.

Capellan perro Plaza2010-02-14
"Cape" en lo más alto 
 

© Pelota Vasca - Manista. Diseño: iLUNE