El año que regresó el entendimiento

Juan Ángel Monreal / Diario de Noticias

Después de muchos años de disputas y querellas, las dos federaciones principales de la pelota caminan de la mano. Se han unido para establecer un calendario conjunto, recuperar el GRAVN en toda su belleza y modalidades y aportar un poquito de sensatez al deteriorado campo aficionado, que subsiste gracias al trabajo de muchos clubes y que necesita del aliciente que sólo prestan las competiciones para ilusionar a los pelotaris más jóvenes.

La Federación de Euskadi y la Federación Navarra parecen sumar fuerzas también para hacer frente a lo que consideran un adversario común. Belate, asociación de clubes que nació en Navarra por el descontento con la gestión de la anterior junta, se ha extendido a la Comunidad Autónoma Vasca con el nombre de EHPK. Presidida por Martintxo Ibarra, dice surgir no contra las federaciones, sino para completarlas, pero algunas de sus propuestas chocan frontalmente con los criterios que manejan ambos entes federativos. Falta por ver la fuerza que es capaz de desarrollar una vez que, en Navarra, la fórmula comienza a dar algunos síntomas de agotamiento.

2000
Pozueta y el nuevo talante de la Federación Navarra
Miguel Pozueta llegó a la Federación Navarra de Pelota en 2000 con el objetivo de modernizar la gestión y el funcionamiento de un deporte que acostumbra a vivir de las rentas y de las formas clásicas. La junta anterior había sido fecunda en resultados deportivos, pero mantuvo polémicas sonadas por su rechazo a adaptarse a las nuevas exigencias. Su negativa a pintar de verde el Labrit fue la más sonada. En el día a día, su excesiva dependencia de la Federación Española la llevó a encastillarse en posiciones inaceptables para muchos de sus clubes. El GRAVN se mantuvo sólo en categoría juvenil y la salida de la Federación de Euskadi de la Española y la concesión del Mundial a Pamplona culminó con la ruptura de relaciones entre Pamplona y Abadiño. De ello y del profundo descontento con la gestión, surgió Belate poco antes de la campaña de 2000, que quedó viciada por el reglamento electoral y que aupó a Pozueta a la presidencia. En sus cuatro primeros años, reordenó la actividad, puso fin al desbarajuste de las licencias e incluyó a la pelota de base en los Juegos Deportivos de Navarra. Cumplió, en buena medida, aquello que solicitaba Belate, pero a estos clubes no les bastó y se negaron a entrar en la federación. «No vamos a aportar nuestro trabajo y nuestras ideas si no tenemos capacidad de decisión», solía comentar Martín Ibarra. Pozueta también emprendió un acercamiento a la Federación de Euskadi, que hasta 2003 tuvo en Belate a un interlocutor válido. En los 12 últimos meses han cambiado muchas cosas. Tantas que se puede decir que las relaciones entre ambas federaciones atraviesan su mejor momento.

2004
El regreso a las competiciones en común

En la Comunidad Autónoma Vasca, la Federación de Euskadi está dirigida por Txema Aldamiz, un hombre que llegó al cargo gracias al apoyo de José Ramón Garai, actualmente director de deporte del Gobierno Vasco. Aldamiz tiene claro que «la situación de la pelota aficionada es muy mala» y que no puede permitirse más divisiones. «Yo no puedo ir a mis clubes a decirles que no se va a jugar el GRAVN contra Navarra, cuando el patrocinador, El Corte Inglés, me está pidiendo que tengo que jugar contra la Federación Navarra», dice Aldamiz, que es consciente de que el GRAVN juvenil, sub’22 y absoluto disputado la pasada primavera supuso «un éxito indudable». Tanto que este otoño se ha exportado, con la ausencia de La Rioja, al trinquete. «El GRAVN -explica Javier Bariáin, director técnico de la Federación Navarra- es la esencia de la pelota. Si no existe estamos todos perdidos, aunque a alguno no le guste». El Campeonato de Euskal Herria Interpueblos también se jugará este año con el representante de la Navarra, y no con el de Belate, como había ocurrido en los últimos años. El nuevo clima de entendimiento se notará asimismo en los calendarios, armonizados en la última temporada y que no se solaparán de nuevo. El Campeonato Navarro se jugará en el otoño y servirá de clasificatorio para la Liga Vasca de Clubes, que se celebrará durante el primer trimestre del año, a la par que el Campeonato de España. Los clubes navarros podrán optar, por lo tanto, entre las dos competiciones. Alguno podría, incluso, participar en las dos competiciones con ciertas garantías.

El futuro
El papel de Belate y las relaciones con la Española

Tras casi cuatro años de relaciones más que cordiales, Belate ha dejado de contar con el apoyo de la Federación de Euskadi. Martintxo Ibarra, su presidente, no duda en definir como «traición» las decisiones de Aldamiz en los últimos meses. En la Vasca, por otra parte, entienden que el ciclo de Belate se está agotando; así, la organización de clubes ha reaccionado y ha inscrito a sus pelotaris en las competiciones que organiza la Federación Navarra de Pelota de cadetes en adelante. «Esto es una victoria y una derrota al mismo tiempo», explica Ibarra. «Una victoria porque la Federación Navarra adopta nuestros sistemas de competiciones y también una derrota porque no es todo lo que queremos», dice. Lo cierto es que en Belate también se han abierto dudas: se han producido escisiones como el Erreka y algunos pelotaris han dejado sus clubes y se han pasado a la Federación en busca de competiciones de mayor nivel. Además, su negativa a jugar con pelotaris de la Navarra en algunos torneos y su falta de equilibrio en las diferentes modalidades -con buen nivel en la base de la mano, y mucho menor en categorías superiores y en herramienta- perjudican el futuro de la asociación, cada vez con menos argumentos.

Por otra parte, a la Federación Navarra le falta por resolver qué papel quiere jugar en una Federación Española de Pelota presidida por Julián García Angulo y que parece obviar la realidad de este deporte. El Campeonato de España de Clubes, en su actual fórmula, es una competición de escaso interés y la actividad languidece allí donde hace 30 años había un nivel cuando menos aceptable. Castilla, Aragón y Asturias corren el riesgo de perderse definitivamente como territorios con cierto sabor pelotazale.

EHPK, la nueva apuesta de Ibarra
La Federación de Euskadi ya tiene su propio problema. EHPK, una confederación de clubes de Euskal Herria, fue presentada la pasada primavera y está dirigida por Martín Ibarra. EHPK reclama la «licencia única para toda Euskal Herria», una propuesta que ha sido rechazada de plano por la Vasca, y no digamos la Navarra, por considerarla «ilegal». «La facultad para extender licencias depende de las Federaciones. A mí también me gustaría que existiese una unidad, incluyendo a Iparralde, pero eso de momento no es posible. Me parece que EHPK pone por delante planteamientos políticos a los deportivos», explica un dirigente de la Federación de Euskadi. EHPK también aboga por la inclusión de los clubes de Lapurdi, Zuberoa y Baja Navarra en la Liga Vasca. «En Iparralde se potencia el trinquete y prefieren jugar el Campeonato de Francia. No tiene sentido ir a Senpere a jugar un partido y que no haya nadie para jugar», explica el mismo dirigente. EHPK cuenta con cierto respaldo en Iparralde y en Guipúzcoa, pero bastante menos en Álava y Vizcaya. En las competiciones que organice, sólo se podrá participar con la licencia de Euskal Herria.

© Pelota Vasca - Manista. Diseño: iLUNE